Entra en vigor en Australia la primera prohibición global del uso de redes sociales por menores de 16
Australia se convierte en el primer país en exigir que las plataformas bloqueen a los menores de 16 años, una medida histórica que busca reducir riesgos digitales y que otros gobiernos observan de cerca
Autor - Aldo Venuta Rodríguez
4 min lectura
Australia ha dado un paso que ningún otro país había tomado: desde hoy, los menores de 16 años tienen bloqueado el acceso a las principales redes sociales. La medida, que entra en vigor a medianoche, obliga a plataformas como TikTok, YouTube, Instagram y Facebook a impedir que niños y adolescentes utilicen sus servicios en el país.
El gobierno ha ordenado a diez de las mayores plataformas aplicar filtros de edad o enfrentarse a multas que pueden llegar a los 49,5 millones de dólares australianos. La ley surge en un contexto de creciente preocupación sobre los efectos de los algoritmos y el uso constante del móvil en la salud mental de los jóvenes.
La decisión no ha pasado desapercibida. Mientras padres, educadores y organizaciones de protección infantil celebran la medida como un alivio, las grandes tecnológicas y defensores de la libertad de expresión la consideran excesiva y difícil de aplicar. Aun así, el gobierno insiste en que el objetivo no es castigar, sino “reducir la presión” sobre los jóvenes.
En un mensaje que se reproducirá esta semana en numerosas escuelas, el primer ministro Anthony Albanese anima a los adolescentes a ver este cambio como una oportunidad. Los invita a aprovechar las vacaciones lejos de las pantallas, a probar nuevas actividades y a reencontrarse con su entorno sin la influencia de los algoritmos.
El movimiento australiano está siendo observado con atención por otros países que estudian medidas similares. Gobiernos de Europa, Asia e incluso estados de Estados Unidos analizan si este tipo de restricciones podría convertirse en una herramienta efectiva para limitar la exposición temprana a redes sociales, sobre todo tras años de advertencias sobre problemas de ansiedad, comparación social y adicción digital.
Aunque la prohibición abarca inicialmente solo a diez plataformas, la lista será dinámica. El gobierno planea ampliarla conforme surjan nuevas aplicaciones populares entre menores o cuando se detecten vías alternativas para eludir el bloqueo. Para verificar la edad, las plataformas podrán recurrir a métodos como estimaciones por actividad, análisis de selfies o comprobaciones mediante identificación oficial.
No todas las empresas tecnológicas han respondido igual. La mayoría ha prometido cumplir con el requerimiento, aunque advierten de que el sistema no es infalible. Elon Musk, por su parte, ha criticado la ley asegurando que podría ser “una forma encubierta de controlar el acceso a internet” de toda la población.
La industria subraya otro impacto: aunque los menores no suponen un gran ingreso publicitario, representan la base de los usuarios futuros, y perderlos podría frenar el crecimiento natural de las plataformas. En Australia, antes de la entrada en vigor de la ley, el 86 % de los jóvenes entre 8 y 15 años utilizaba redes sociales.
Entre los propios adolescentes hay opiniones divididas. Algunos temen perder espacios de comunidad y apoyo emocional. Otros ven la prohibición como una forma de reducir la presión social que sienten en línea. Organizaciones juveniles advierten que la medida podría aislar a grupos vulnerables si no se acompaña de alternativas saludables.
Para el gobierno, sin embargo, este es un experimento necesario. La medida llega en un momento en que el uso de redes sociales se ha estancado y las conversaciones sobre sus efectos en la vida de los menores se han vuelto urgentes. Australia quiere comprobar si una regulación estricta puede cambiar realmente la relación de los niños con la tecnología.
Las próximas semanas serán clave para medir el impacto de la prohibición: su efectividad, su recepción social y los posibles esfuerzos de los jóvenes para sortear los controles. Lo que es seguro es que el debate global sobre redes sociales y menores acaba de entrar en una nueva fase.
Fuente: Reuters
Preguntas frecuentes
Les bloquea el acceso a las principales redes sociales y obliga a las plataformas a verificar la edad de los usuarios.
Busca reducir la presión sobre la salud mental juvenil ante los efectos de los algoritmos y el uso constante del móvil.
Algunas apoyan la medida y otras la consideran excesiva o difícil de aplicar destacando posibles afectaciones al crecimiento de usuarios.
Otros países la observan como un experimento que podría influir en futuras regulaciones sobre menores y redes sociales.
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