Los usuarios ya pueden decidir qué tan entusiasta o frío es ChatGPT
Hasta ahora, cada conversación con ChatGPT venía con una personalidad casi impuesta. Podía parecer amable, distante, exageradamente comprensiva o sorprendentemente seca, pero el usuario tenía poco margen para intervenir. Con los nuevos ajustes de tono, esa relación cambia: ya no solo importa qué responde el sistema, sino cómo lo hace, y quién decide ese “cómo”.