Casi 7.000 centros de datos funcionan en condiciones térmicas poco adecuadas
Los centros de datos se han convertido en una infraestructura invisible pero esencial. Sostienen la nube, las plataformas digitales y, cada vez más, los sistemas de inteligencia artificial que consumen enormes cantidades de energía. El problema es que su expansión global se ha hecho con una lógica que empieza a chocar frontalmente con el clima: miles de estas instalaciones operan en lugares donde la temperatura ambiental juega en su contra desde el primer día.