Funcionarios estatales y grupos de inversión piden frenar el pago de 1 billón a Elon Musk

Un grupo de inversores y varios funcionarios estatales de Estados Unidos lanzaron un mensaje directo a Tesla, no al paquete de 1 billón de dólares que la junta quiere aprobar para Elon Musk. El plan, que se votará en noviembre, sería el más grande jamás visto en la historia corporativa. El tamaño lo dice todo.

Detrás de la oposición están el SOC Investment Group y los tesoreros de Nevada, Nuevo México y Connecticut. No están solos. En una carta a los accionistas acusaron a la junta de perseguir “una búsqueda incansable por retener a Musk” a costa de sacrificar control y supervisión. Y añadieron que los resultados financieros no justifican semejante apuesta.

Tesla, por su parte, respondió en X con un argumento simple, si Musk no cumple, no cobra. “Si Elon Musk no entrega resultados, no recibirá nada”, escribió la compañía. En teoría suena bien. En la práctica, los críticos creen que la junta ya perdió independencia hace tiempo.

El contralor de Nueva York, Brad Lander, también se sumó al frente opositor. Lander no controla grandes paquetes de acciones, pero suele aprovechar su cargo para poner temas incómodos sobre la mesa. Y esta vez lo hizo, cuestionó la capacidad de la junta para poner límites a Musk.

El contexto no ayuda. Aunque Tesla reportó entregas récord en el trimestre, se avecina un problema, el fin de los créditos fiscales a los autos eléctricos en Estados Unidos. Sin esos incentivos, la fiebre de ventas podría enfriarse rápido. Y eso pesa más en el ánimo de los inversores que cualquier plan de bonos.

El paquete, presentado como “alineado al valor que Musk crea para los accionistas”, busca reforzar su control sobre Tesla. Pero lo que más molesta a los críticos es otra cosa, que la compañía parece depender demasiado de su fundador. Si falla él, falla todo.

El debate de noviembre no será solo sobre dinero. Será un referéndum sobre cuánto poder debe concentrar Elon Musk dentro de Tesla y hasta dónde están dispuestos los accionistas a seguirle el juego. Y esa es la verdadera batalla que se avecina.

Fuente: Reuters