El estudio, realizado en 304 pacientes sometidos a endarterectomía carotídea en Italia, reveló que más del 58% de las muestras analizadas contenían microplásticos, principalmente polietileno y cloruro de vinilo. Estas partículas, derivadas de plásticos comunes en envases y productos industriales, fueron detectadas mediante cromatografía de gases y microscopía electrónica.
Los resultados mostraron que los pacientes con microplásticos en sus arterias tenían un riesgo significativamente mayor de experimentar eventos cardiovasculares como infartos y accidentes cerebrovasculares, en comparación con aquellos sin estas partículas. Los investigadores atribuyen este efecto al potencial inflamatorio de los microplásticos, que puede desencadenar respuestas inmunitarias y dañar las paredes arteriales.
Además, el estudio destacó cómo estas partículas afectan la estructura de la placa ateromatosa. Los análisis revelaron partículas incrustadas entre macrófagos y tejido, lo que podría estar relacionado con un aumento de la inflamación y una mayor rigidez arterial. Este fenómeno sugiere que los microplásticos no solo están presentes en el cuerpo humano, sino que también pueden contribuir activamente a enfermedades cardiovasculares.
Aunque estos hallazgos subrayan la importancia de estudiar el impacto de los microplásticos en la salud, los investigadores señalaron limitaciones, como el riesgo de contaminación en el laboratorio y la falta de datos sobre otras exposiciones ambientales. Sin embargo, los resultados destacan la necesidad de monitorear la exposición a microplásticos y su posible influencia en la salud cardiovascular.