A las 11:49 p.m. PT (6:49 a.m. UTC del viernes), el cohete Falcon 9 despegó desde el Complejo de Lanzamiento Espacial 4 Este (SLC-4E), ubicado en la Base de la Fuerza Espacial Vandenberg, California. Esta misión secreta forma parte de la colaboración entre SpaceX y la Oficina Nacional de Reconocimiento (NRO), responsable de los satélites de inteligencia del gobierno estadounidense.
El propulsor de primera etapa utilizado en este vuelo ya había completado tres misiones previas: NROL-126, Transporter-12 y SPHEREx. Con este cuarto lanzamiento exitoso, se reafirma la confiabilidad del sistema de reutilización que SpaceX ha perfeccionado durante la última década.
Tras cumplir su labor, el propulsor regresó y aterrizó sin inconvenientes en la Zona de Aterrizaje 4 (LZ-4) de Vandenberg, marcando otro paso más hacia la sostenibilidad en los vuelos espaciales. SpaceX continúa demostrando la capacidad operativa de su tecnología de recuperación.
Aunque la carga útil de la misión permanece clasificada, como ocurre con la mayoría de los vuelos de la NRO, se presume que el satélite colocado en órbita está diseñado para labores de reconocimiento y seguridad nacional. Estos lanzamientos son fundamentales para mantener la superioridad espacial de Estados Unidos.
Durante el evento, varios residentes de los condados de Santa Bárbara, San Luis Obispo y Ventura reportaron haber escuchado estallidos sónicos, consecuencia del regreso del Falcon 9 a tierra firme. La intensidad del sonido varió según la ubicación y las condiciones meteorológicas.
Con esta operación completada, SpaceX continúa consolidando su rol como actor clave en el sector aeroespacial, tanto en misiones comerciales como gubernamentales. La empresa ya se prepara para sus próximos desafíos, incluyendo nuevos lanzamientos de satélites Starlink y futuras misiones tripuladas.