Publicado: 15 ene. 2025

China acelera su transición energética hacia fuentes limpias y sostenibles

China continúa liderando esfuerzos significativos en su transición hacia una industria energética de bajas emisiones de carbono, enfrentando desafíos como la creciente demanda eléctrica impulsada por la inteligencia artificial y la dependencia del carbón para estabilizar su red.

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Autor - Aldo Venuta Rodríguez

Estructura de una torre de transmisión de electricidad captada desde su base, con un cielo degradado de azul a dorado.

En los últimos años, la demanda de energía en China ha crecido a un ritmo sorprendente, superando incluso el crecimiento del PIB en 2023. Este fenómeno ha sido impulsado por la expansión de tecnologías como la inteligencia artificial, que requieren grandes cantidades de electricidad.

A pesar de los avances en energías renovables, como la solar y la eólica, estas aún no son suficientes para cubrir la creciente demanda. Esto obliga a China a depender del carbón como fuente de energía estabilizadora, mientras desarrolla tecnologías para el almacenamiento energético y mejora la red eléctrica.

Uno de los mayores desafíos es la integración de energías renovables en la red eléctrica. La volatilidad de las fuentes como la solar y la eólica genera fluctuaciones que dificultan un suministro estable, lo que requiere inversiones en sistemas inteligentes de red y almacenamiento de energía.

El desarrollo de tecnologías como la captura y almacenamiento de carbono (CCUS) es fundamental para reducir la huella de carbono del carbón mientras se acelera la transición hacia energías más limpias. Sin embargo, el alto costo de estas tecnologías sigue siendo una barrera significativa.

Además, la creciente demanda energética de la inteligencia artificial plantea nuevos retos. China debe encontrar soluciones innovadoras que reduzcan la huella de carbono de esta tecnología emergente, como la optimización de algoritmos y el desarrollo de centros de datos ecológicos.

Para garantizar el éxito de esta transición, es crucial fomentar políticas que incentiven la innovación tecnológica, el desarrollo de infraestructuras energéticas sostenibles y una mayor eficiencia en el consumo de energía, tanto en el ámbito industrial como residencial.