Vivir en Florida se complica: huracanes más fuertes y seguros más caros disparan las mudanzas

Una nueva encuesta de FAU revela que el clima extremo y el encarecimiento del seguro ya influyen en las decisiones de vivienda de miles de residentes en Florida

Autor - Aldo Venuta Rodríguez

5 min lectura

Ola transparente rompiendo suavemente en la orilla de una playa de Florida en un día despejado
Crédito: Alex Dolce, Universidad Atlántica de Florida

Aunque la temporada de huracanes del Atlántico ya terminó, sus efectos siguen marcando la vida diaria de miles de hogares en Florida. La sensación de vulnerabilidad no desaparece con el cambio de calendario, especialmente en un estado que ha afrontado años seguidos de tormentas potentes, lluvias extremas, inundaciones constantes y una crisis del seguro de vivienda que ha alterado tanto las finanzas familiares como la forma en la que muchos deciden dónde vivir. Esta combinación, cada vez más frecuente, está impulsando un fenómeno silencioso: más residentes se plantean mudarse.

Una nueva encuesta de la Universidad Atlántica de Florida (FAU) confirma esta tendencia. Según el estudio, el 36% de los floridanos ya se ha mudado o está considerando mudarse —parcial o totalmente— por los riesgos climáticos. Es una cifra notable en un estado que, durante décadas, creció sin freno, alimentado por la llegada de nuevos residentes atraídos por el clima cálido, las playas y un estilo de vida que se percibía más accesible que en otras partes del país. Hoy esa percepción cambia.

Los responsables del informe explican que las experiencias vividas durante los últimos años han dejado una huella profunda. Muchos hogares todavía se recuperan del impacto de huracanes recientes, y para otros la preocupación ya no es únicamente el viento o el agua, sino si podrán pagar el seguro de la vivienda o los daños tras un evento extremo. La tormenta económica que acompaña al clima es, para muchos, igual de temida.

La encuesta, que se realizó a finales de septiembre, ofrece un retrato detallado de cómo se distribuye esta inquietud. En el norte del estado, casi una cuarta parte de los encuestados afirma que ya se mudó dentro de Florida por motivos relacionados con huracanes, inundaciones o calor extremo. En la zona central y sur —desde Tampa hasta Cayo Hueso— alrededor de uno de cada cinco residentes está evaluando mudarse. No todos lo harán, pero la idea ya forma parte de sus conversaciones familiares y decisiones futuras. Y eso, explica el informe, es en sí mismo un cambio relevante.

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El Dr. Colin Polsky, profesor de FAU y responsable del estudio, señala que muchos residentes quieren mudarse pero no pueden permitírselo. El coste de reubicarse, sumado al precio de la vivienda y al de los alquileres en zonas consideradas más seguras, hace que una parte de la población quede atrapada en un equilibrio cada vez más frágil. Según él, este dato sugiere que podría existir un número elevado de personas viviendo en riesgo, sin opciones reales para abandonar esas áreas.

La preocupación por el clima extremo es amplia. Más del 60% de los encuestados teme que los huracanes se vuelvan más fuertes o más frecuentes. La misma proporción se muestra inquieta por las inundaciones derivadas de lluvias intensas o marejadas ciclónicas, un problema que afecta sobre todo a comunidades costeras que ya han visto cómo algunas zonas se anegan incluso sin tormentas, solo con mareas altas excepcionales. La encuesta indica que, para muchos, el riesgo es parte del día a día y condiciona decisiones que van desde dónde comprar una casa hasta si renovar o no una póliza de seguro.

El seguro es, precisamente, uno de los grandes detonantes. Casi la mitad de los floridanos dice estar preocupada por su asequibilidad. Las primas han aumentado durante años, en parte por el coste creciente de reconstrucción y en parte porque varias aseguradoras han abandonado el estado, reduciendo la oferta. Esto ha dejado a muchas familias con menos opciones y precios más altos, una situación que está forzando a revisar presupuestos, renegociar contratos o, directamente, mudarse a lugares donde el seguro resulte más accesible.

A pesar de este panorama, la mayoría de los residentes quiere más acción pública. Más del 60% cree que el gobierno estatal y federal debería hacer más para enfrentar los impactos del clima extremo. Aun así, el nivel de apoyo ha bajado respecto a años anteriores, algo que los investigadores interpretan como un reflejo de la polarización política y del cansancio acumulado.

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El estudio también revela datos sobre el consenso alrededor del cambio climático. El 85% cree que está ocurriendo, aunque este porcentaje es el más bajo desde que FAU comenzó estas encuestas en 2019. En cuanto a las causas, poco más de la mitad considera que es consecuencia de la actividad humana, con diferencias marcadas según orientación política. Pese a ello, los investigadores destacan que, independientemente de la causa que atribuyan, los residentes sienten que sus vidas se ven afectadas por las consecuencias.

La encuesta se realizó entre el 24 y el 30 de septiembre, en inglés y español, con una muestra de 1.400 floridanos mayores de 18 años y un margen de error de ±2,53%. Las respuestas se ponderaron para que reflejaran la realidad demográfica del estado. Según los autores, el resultado dibuja un escenario complejo: un estado que todavía se recupera de los daños recientes, mira con recelo el futuro climático y se enfrenta a un mercado asegurador cada vez más restringido.

Y aunque la temporada de huracanes haya terminado, los problemas que deja atrás siguen muy presentes. Para miles de residentes, la gran pregunta ya no es cuándo llegará la próxima tormenta, sino si seguirán viviendo en el mismo lugar cuando lo haga.

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