Publicado: 7 abr. 2025
¿Qué pasaría si nunca encontramos vida extraterrestre? Un nuevo estudio revela respuestas sorprendentes
Un estudio del Instituto SETI y la ETH Zurich revela qué podríamos aprender incluso si nunca encontramos señales de vida extraterrestre.
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4 min lectura
Autor - Aldo Venuta Rodríguez

La búsqueda de vida fuera de nuestro planeta es uno de los retos científicos más apasionantes que la humanidad ha enfrentado. Miles de científicos alrededor del mundo dedican sus vidas a esta tarea, pero ¿qué sucedería si jamás encontráramos evidencias concluyentes? Un reciente estudio del Instituto SETI y la ETH Zurich ofrece una respuesta inesperada y esclarecedora: la ausencia de resultados también nos permitiría conocer mejor nuestro lugar en el universo.
La investigación, publicada en la revista The Astronomical Journal y liderada por el Dr. Daniel Angerhausen, utilizó sofisticados modelos estadísticos para determinar cuántos planetas deberían examinarse antes de concluir con certeza qué tan rara podría ser la vida extraterrestre. Sus resultados revelan que no hallar vida también tiene importantes implicaciones científicas.
“Incluso si no descubrimos ninguna señal clara, estos resultados serán extremadamente valiosos”, señala Angerhausen. Según el estudio, bastaría con analizar entre 40 y 80 exoplanetas similares a la Tierra para establecer con confianza que la vida detectable es menos común de lo que pensamos. Esto permitiría determinar con precisión que menos del 10% al 20% de planetas rocosos similares al nuestro contienen vida, si es que existe en nuestro vecindario galáctico.
Los científicos señalan que, pese a parecer una cifra pequeña, considerando que la Vía Láctea tiene cientos de miles de millones de planetas, esta proporción implicaría aún la existencia de miles de millones de mundos potencialmente habitables. “Comprender la frecuencia exacta de planetas con vida sería uno de los mayores avances científicos del siglo XXI, aunque no encontremos directamente evidencia biológica”, subraya Angerhausen.
Otro punto clave abordado por el estudio es la incertidumbre inherente a este tipo de observaciones. Según explican los investigadores, hay que considerar la posibilidad de errores o falsos negativos. Si un telescopio o instrumento pasa por alto una biofirma clara, esto podría distorsionar gravemente los resultados. “Debemos estar muy seguros de nuestra capacidad para identificar o descartar biofirmas. De lo contrario, las conclusiones podrían resultar engañosas”, alerta el equipo científico.
Este enfoque riguroso será crucial para futuras misiones astronómicas como el Observatorio de Mundos Habitables (HWO) de la NASA y el proyecto europeo Gran Interferómetro para Exoplanetas (LIFE). Ambas iniciativas están diseñadas para observar atmósferas planetarias en busca de biofirmas claras, como oxígeno, metano o vapor de agua, que indiquen la presencia potencial de vida.
Además, el estudio enfatiza la importancia de plantear preguntas científicas específicas y concretas. Preguntas generales como "¿hay vida extraterrestre?" son difíciles de responder sin ambigüedad. En cambio, cuestionamientos como "¿qué porcentaje de planetas similares a la Tierra muestran evidencias claras de agua, metano y oxígeno?" permiten obtener conclusiones más útiles y fiables.
Los resultados del equipo del Instituto SETI no deben interpretarse como pesimismo, sino como un llamado a realizar observaciones más precisas y analíticas. “La ausencia de vida confirmada no es un fracaso científico, sino una oportunidad única para comprender lo especial que puede ser nuestro planeta y qué factores realmente limitan la aparición de la vida”, explica Angerhausen.
Finalmente, aunque la idea de no hallar vida en otros planetas puede sonar desalentadora, en realidad podría abrir una puerta nueva en nuestra comprensión del cosmos. La astrobiología no solo busca descubrir vida, sino entender por qué y cómo surge en algunos mundos y en otros no. Esta investigación es otro recordatorio de que la ciencia no siempre depende de respuestas positivas: a veces, las respuestas negativas son igualmente significativas y enriquecedoras.
En definitiva, incluso si no halláramos vida extraterrestre tras décadas de búsqueda intensiva, la humanidad obtendría una respuesta profunda y reveladora sobre nuestra propia existencia y singularidad. En palabras del equipo investigador, “nunca habríamos aprendido tanto sobre nosotros mismos, como al no encontrar a nadie más allá de las estrellas”.
El futuro de la exploración espacial promete, sin importar los resultados, un profundo conocimiento sobre quiénes somos, dónde vivimos, y qué significa realmente estar vivos en este vasto universo.
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