17 Feb 2025 - 11:34 UTC

La invasión de algas en el Estrecho de Gibraltar y la respuesta del Real Betis

El olor a mar ya no es el mismo en las costas del sur de España. En las playas de Tarifa, montañas de algas en descomposición se extienden como una barrera natural, dejando una estampa preocupante. Lo que hace años era un paraíso para surfistas y turistas, hoy se enfrenta a una crisis ambiental que parece no tener solución a corto plazo.

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Aldo Venuta Rodríguez - Editor Iceebook
Fotografía de una embarcación con varios tripulantes en el mar, mientras dos buzos nadan cerca.
Real Betis Balompié / Forever Green

Lo que está ocurriendo no es casualidad. La Rugulopteryx okamurae, un alga invasora procedente de Asia, ha encontrado en el Estrecho de Gibraltar un ecosistema propicio para su expansión. Desde su llegada, ha desplazado especies autóctonas, modificado la cadena trófica y afectado la biodiversidad marina. Pescadores, científicos y administraciones han intentado frenarla, pero el problema sigue creciendo.

“Estamos ante un fenómeno que está transformando el fondo marino”, explica Félix López-Figueroa, catedrático de Ecología en la Universidad de Málaga. “El problema no es solo la expansión del alga, sino el impacto que tiene en la fauna y flora local. Se está perdiendo biodiversidad y eso tiene un efecto en cascada sobre todo el ecosistema.”

Los estudios indican que esta especie ha cubierto grandes extensiones del lecho marino, desplazando organismos como corales y gorgonias. En algunas zonas, la cobertura alcanza el 100 %, dejando un paisaje homogéneo y desprovisto de vida. A esto se suma su resistencia: el alga puede adherirse a plásticos, rocas y embarcaciones, lo que facilita su propagación a nuevas áreas.

Las consecuencias ya se están sintiendo en el sector pesquero. La desaparición de especies que dependían de la vegetación autóctona ha reducido las capturas de peces herbívoros y moluscos. Los pescadores denuncian que sus redes quedan atrapadas en grandes masas de algas, dificultando su trabajo y generando pérdidas económicas.

Mientras los científicos buscan formas de mitigar el problema, una iniciativa inesperada ha surgido desde el mundo del deporte. El Real Betis Balompié, a través de su proyecto de sostenibilidad Forever Green, ha encontrado una manera innovadora de concienciar sobre esta crisis: fabricar camisetas de fútbol con fibras obtenidas de las algas invasoras.

“Queríamos hacer algo que realmente generara conciencia”, comenta Rafael Muela, director de la Fundación Real Betis. “El fútbol tiene un impacto enorme en la sociedad, y si podemos utilizarlo para visibilizar problemas ambientales, debemos hacerlo.”

La camiseta, creada en colaboración con Parley for the Oceans, combina fibra de algas con poliéster reciclado de plásticos recogidos en el océano. Su desarrollo ha requerido meses de investigación para garantizar que el tejido sea funcional para la práctica deportiva. El resultado es una prenda innovadora que, además de promover la sostenibilidad, servirá para poner en el foco una crisis ambiental que ha pasado desapercibida durante demasiado tiempo.

El próximo 16 de febrero, en el partido contra la Real Sociedad, el Betis estrenará esta equipación especial. Más que una simple indumentaria, será un mensaje en el campo, un recordatorio de que el planeta necesita soluciones creativas y urgentes.