17 Feb 2025 - 07:44 UTC

Los osos polares están al límite el deshielo y la falta de alimento los amenazan

Las imágenes de osos polares hambrientos vagando por zonas urbanas en busca de comida son cada vez más frecuentes. Lo que antes parecía un fenómeno aislado ahora es una señal alarmante de una crisis ambiental en curso. El deshielo acelerado del Ártico está obligando a estos depredadores a alejarse de su hábitat natural en una lucha desesperada por sobrevivir.

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Aldo Venuta Rodríguez - Editor Iceebook
Oso polar caminando sobre una superficie de hielo fragmentado en el Ártico, rodeado de un paisaje helado con grietas y bloques de hielo dispersos.

El hielo marino es la base de la vida para los osos polares. Desde ahí, pueden cazar focas, su principal fuente de alimento, sin gastar grandes cantidades de energía. Pero en las últimas décadas, el Ártico ha perdido cerca del 40 % de su cobertura de hielo durante los meses de verano, lo que ha obligado a estos depredadores a recorrer distancias cada vez mayores para encontrar comida.

Según un estudio reciente publicado en Nature Climate Change, la tasa metabólica de los osos polares es más alta de lo que se pensaba. Esto significa que necesitan consumir grandes cantidades de alimento regularmente para mantenerse en forma. Sin hielo estable, no pueden cazar con la misma eficiencia, lo que provoca que muchos pierdan peso y tengan dificultades para reproducirse.

El impacto del cambio climático no solo está afectando a los osos polares en su entorno natural, sino que también está aumentando su contacto con los humanos. En los últimos años, se han registrado múltiples casos de osos polares acercándose a comunidades costeras en busca de comida. Esto ha generado situaciones peligrosas, ya que estos animales, al estar hambrientos, pueden volverse agresivos.

Además del cambio climático, la contaminación también juega un papel clave en la crisis que enfrenta la especie. Las aguas del Ártico están cada vez más contaminadas con plásticos y sustancias químicas tóxicas, que terminan en la cadena alimentaria de los osos. Investigaciones han encontrado niveles preocupantes de mercurio y PCB (bifenilos policlorados) en los tejidos de estos animales, lo que afecta su sistema inmunológico y su capacidad de reproducción.

Otro factor de preocupación es el aumento de la actividad industrial en el Ártico. La exploración petrolera y el tráfico marítimo han crecido en la región a medida que el hielo se derrite, lo que representa un peligro adicional para los osos polares. Un derrame de petróleo en el Ártico sería devastador para la fauna marina, afectando gravemente a las poblaciones de focas y, en consecuencia, a los osos polares que dependen de ellas para su alimentación.

Los científicos alertan que si la tendencia actual de calentamiento global continúa, algunas poblaciones de osos polares podrían desaparecer por completo antes de 2100. “El hielo marino es esencial para su supervivencia. Sin él, estamos viendo cómo cada vez más osos se debilitan, pierden territorio y tienen menos crías”, advierte un experto del World Wildlife Fund (WWF).

A pesar de las preocupaciones, aún hay esperanzas para la especie. Diversas organizaciones trabajan en la protección de su hábitat y en la reducción del impacto humano en el Ártico. Sin embargo, los expertos insisten en que la única forma de salvar a los osos polares es tomar medidas globales para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y frenar el avance del cambio climático.

Mientras tanto, los osos polares siguen enfrentando un futuro incierto. Si no se actúa pronto, la imagen de un oso polar sobre un pequeño bloque de hielo podría dejar de ser solo un símbolo del cambio climático y convertirse en el último recuerdo de una especie que alguna vez reinó en el Ártico.