El petróleo se acumula en alta mar y anticipa un posible desplome de precios, según analistas
El petróleo vuelve a acumularse en los océanos del planeta y los analistas advierten que esta tendencia podría provocar un nuevo colapso en los precios del crudo. El fenómeno, impulsado por el exceso de producción global y las sanciones a Rusia, recuerda a la situación vivida durante la pandemia, cuando los buques cargados de barriles flotaban sin destino en los puertos del mundo.
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Según datos recopilados por Capital Economics y Bank of America, las reservas de petróleo almacenadas en el mar han alcanzado los 1.400 millones de barriles, una cifra que se aproxima a los niveles observados en 2020. Desde mediados de agosto, el volumen de crudo en tránsito ha aumentado en 250 millones de barriles, una acumulación que evidencia un desequilibrio entre oferta y demanda a escala global.
Los informes señalan que alrededor del 95% del petróleo en alta mar corresponde a cargamentos en tránsito que tardan más en llegar a destino debido a las sanciones internacionales y a las nuevas rutas comerciales. En particular, los envíos rusos se dirigen a destinos más lejanos como India y China, mientras las flotas europeas evitan el crudo sancionado y reorganizan sus rutas por motivos políticos y logísticos.
Además del impacto geopolítico, los expertos destacan que la OPEP y sus aliados han incrementado la producción en más de 1,5 millones de barriles diarios desde abril, lo que ha contribuido a una mayor saturación del mercado. Arabia Saudí y Rusia, los principales exportadores, han elevado sus exportaciones al máximo en dos años, aprovechando la demanda temporal de algunos países asiáticos.
Esta combinación de sobreoferta y congestión marítima está generando un escenario de contango, una estructura de precios en la que el petróleo físico se vende más barato que los futuros. Este patrón suele anticipar caídas de precios, ya que refleja que el mercado está inundado de crudo y que los compradores prefieren esperar a condiciones más favorables antes de adquirir nuevas cargas.
Francisco Blanch, jefe de materias primas en Bank of America, explica que “el aumento del petróleo transportado por mar está estrechamente vinculado a las sanciones y a la reorganización de los flujos globales”. Según el analista, los buques ahora recorren mayores distancias y reducen su velocidad mientras esperan compradores, lo que eleva los costos logísticos y amplía los plazos de entrega.
Las flotas fantasmas, conformadas por petroleros antiguos sin seguro o bajo banderas de conveniencia, también están contribuyendo al fenómeno. Estos barcos operan en zonas grises del comercio internacional y facilitan el transporte clandestino de crudo sancionado, lo que prolonga el tiempo que el petróleo pasa en el mar antes de ser descargado o transferido de barco a barco.
Los analistas advierten que el impacto de esta acumulación dependerá en parte de China. Si el exceso de petróleo acaba almacenado en sus reservas estratégicas, podría amortiguar la caída de precios. Sin embargo, si el ritmo de acumulación en los depósitos chinos no aumenta lo suficiente, el excedente podría desbordar los tanques comerciales de la OCDE y desencadenar una fuerte presión a la baja en el mercado.
La Agencia Internacional de la Energía estima que la oferta mundial de petróleo está creciendo más rápido que la demanda. Para 2026 se prevé un superávit diario superior a los cuatro millones de barriles, lo que equivaldría a casi el 4% del consumo global. Esta cifra supera incluso las previsiones más pesimistas y refuerza la idea de que el mercado podría enfrentarse a una nueva era de precios bajos.
En paralelo, la expansión de las energías renovables y la desaceleración económica en varios países están reduciendo el apetito por combustibles fósiles. Estados Unidos, Canadá y Brasil siguen aumentando su producción, mientras que Europa y Asia avanzan hacia una transición energética más agresiva. El resultado es una abundancia de crudo que encuentra cada vez menos compradores dispuestos.
De mantenerse las tendencias actuales, la Agencia de Información Energética de Estados Unidos prevé que el precio medio del barril Brent podría situarse en torno a los 52 dólares en 2026, unos 11 dólares por debajo de su valor actual. Para los analistas, este sería un síntoma de un mercado saturado y un recordatorio de que, en tiempos de sobreoferta, el mar vuelve a ser el mayor depósito del “oro negro”.
Fuente: El Economista
Preguntas frecuentes
Por la sobreproducción global, las sanciones a Rusia y las rutas más largas que retrasan la entrega del crudo.
Podría provocar un desplome del precio del petróleo si el exceso de oferta supera la capacidad de almacenamiento.
Si China no incrementa su almacenamiento, el excedente global podría presionar aún más los precios a la baja.
La Agencia de Información Energética prevé que el barril Brent ronde los 52 dólares en 2026, unos 11 menos que hoy.
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