La inteligencia artificial obedece, pero somos nosotros quienes decidimos el rumbo
La IA no amenaza a la humanidad por sí sola; lo que verdaderamente debería preocuparnos es cómo decidimos usarla, regularla o ignorar sus consecuencias
3 min lectura
Autor - Aldo Venuta Rodríguez

La inteligencia artificial no está destruyendo la humanidad: simplemente está amplificando lo que ya somos. La fascinación por sus capacidades nos ha deslumbrado tanto, que hemos olvidado que detrás de cada decisión algorítmica hay una decisión humana previa. No es la IA quien elige discriminar, vigilar o polarizar. Somos nosotros quienes la entrenamos para hacerlo.
Desde los algoritmos que deciden qué contenido mostrar en redes sociales, hasta los sistemas de reconocimiento facial usados por gobiernos y empresas, la inteligencia artificial está replicando las desigualdades, los prejuicios y las prioridades de una sociedad que no ha hecho las paces con su propia ética. No es autónoma en su maldad; es obediente a nuestras intenciones.
La narrativa del “monstruo fuera de control” sirve a intereses muy concretos, diluye responsabilidades. Es más cómodo temer a una supuesta superinteligencia futura que cuestionar las estructuras actuales que ya están usando IA para maximizar ganancias, explotar datos personales o automatizar decisiones sin transparencia. La amenaza no es Skynet, es Silicon Valley sin regulación.
Mientras tanto, millones de personas están siendo evaluadas, segmentadas o desechadas por modelos que nadie entiende del todo. La inteligencia artificial no solo calcula, también moldea comportamientos. ¿Por qué compramos lo que compramos? ¿Por qué creemos lo que creemos? ¿Quién tiene el control real de esos flujos de información?
Algunos defienden la IA como herramienta neutral, pero omiten que toda herramienta responde a una agenda. Cuando los modelos se entrenan con datos históricos sesgados, perpetúan las injusticias del pasado. Y cuando se despliegan sin supervisión crítica, pueden agravar las brechas sociales, no cerrarlas.
Necesitamos algo más que innovación tecnológica. Necesitamos una reflexión colectiva sobre el poder, la ética y el futuro que estamos construyendo. ¿Quién diseña los sistemas? ¿Con qué valores? ¿Para quién trabaja la inteligencia artificial? Estas preguntas no pueden quedar en manos de ingenieros, sino de la sociedad en su conjunto.
La inteligencia artificial podría ayudarnos a resolver grandes desafíos: cambio climático, pandemias, distribución de recursos. Pero solo si la dotamos de dirección, principios y límites. Si no somos capaces de mirar hacia dentro, de asumir nuestro rol en la creación de este nuevo paradigma, entonces el problema no será la tecnología, sino nuestra irresponsabilidad como especie.
No se trata de frenar el avance de la IA, sino de guiarlo. Y para eso, no basta con regulaciones tardías o comités de ética decorativos. Hace falta una ciudadanía informada, una academia comprometida, un periodismo vigilante y un sistema político dispuesto a priorizar el bien común sobre la rentabilidad tecnológica.
El título lo resume con crudeza: la inteligencia artificial no es el problema, somos nosotros. Porque lo que está en juego no es si la IA nos dominará, sino si sabremos dominar nuestras propias ambiciones, temores y negligencias a tiempo.
Preguntas frecuentes
- 💬 No por sí sola. Lo peligroso es cómo las personas la diseñan, regulan o utilizan, sin tener en cuenta sus impactos sociales y éticos.
- 💬 Porque los humanos somos quienes decidimos los usos de la IA, su financiamiento, su supervisión y su aplicación sin pensar en consecuencias.
- 💬 Establecer marcos legales, exigir transparencia en los algoritmos y fomentar una educación tecnológica crítica desde las escuelas.
- 💬 No. La clave está en cómo se integra en la sociedad, con una planificación responsable que contemple lo social, lo legal y lo humano.
Continúa informándote
Continúa informándote

Mercurio en ríos mundiales se duplica desde era industrial llegando a 1.000 toneladas anuales
Estudio de Universidad de Nanjing revela salto de 390 a 1.000 toneladas métricas anuales con América y Asia liderando contaminación fluvial

Nuevas evidencias genéticas descartan que los cachorros siberianos sean ancestros de perros domésticos
Análisis genético revela que los famosos cachorros preservados en Siberia durante 14.000 años eran lobos puros, no precursores de la domesticación canina

Rocket Lab completa segundo lanzamiento para iQPS en récord de 25 días con satélite radar japonés
La misión Guardianes del Dios de la Montaña desplegó exitosamente QPS-SAR-11 YAMATSUMI-I, completando la mitad de la constelación de imágenes terrestres

Corrientes oceánicas transportan mercurio centenario hacia el Ártico amenazando fauna polar
Investigación danesa demuestra que el mercurio oceánico persiste 300 años, manteniendo niveles tóxicos en osos polares y ballenas pese a reducir emisiones

Los aranceles de Trump frenan la política monetaria expansiva del Banco de Japón
La política arancelaria estadounidense amenaza el ciclo de subidas de tipos en Japón, forzando al BOJ a reconsiderar su estrategia monetaria ante la incertidumbre

El telescopio Webb revela cómo pequeñas galaxias transformaron el universo primitivo
Astrónomos identifican 83 galaxias diminutas que disiparon la niebla cósmica y convirtieron el universo opaco en el cosmos transparente que conocemos hoy

Cómo Suiza se mantuvo neutral durante dos guerras mundiales: estrategia y diplomacia
Suiza logró mantenerse fuera de ambas guerras mundiales combinando defensa militar, diplomacia inteligente y decisiones pragmáticas que dividieron opiniones

Autoridades de Austin expresan dudas sobre robotaxis de Tesla programados para junio
Funcionarios de seguridad pública reportan problemas continuos con vehículos autónomos mientras Tesla planea servicio comercial el 22 de junio

Estudio revela niveles alarmantes de mercurio en caimanes de Georgia
Caimanes del pantano Okefenokee tienen niveles de mercurio 8 veces superiores a otras zonas, alertando sobre riesgos para pescadores y la cadena alimentaria

Por qué algunas personas son zurdas: genética y factores que determinan la lateralidad
La ciencia revela que ser zurdo depende de una compleja combinación de genes, desarrollo cerebral y factores ambientales que afectan al 10% de la población mundial