Investigadores descubren que los vientos del norte aceleran la pérdida de hielo en la Antártida Occidental
Un estudio de la Universidad de Washington revela que los vientos del norte, impulsados por el cambio climático, están derritiendo el hielo de la Antártida Occidental, amenazando con elevar el nivel del mar
Autor - Aldo Venuta Rodríguez
4 min lectura
Un descubrimiento inesperado está redefiniendo cómo entendemos el derretimiento de la Antártida. El 10 de septiembre de 2025, un equipo de la Universidad de Washington publicó en Nature Geoscience un estudio que señala a los vientos del norte como los principales responsables de la acelerada pérdida de hielo en la Antártida Occidental, una región crítica que podría elevar el nivel del mar hasta 6 metros si se derrite por completo.
Durante décadas, los científicos creyeron que los vientos del oeste, intensificados por el cambio climático, llevaban agua cálida hacia las plataformas de hielo de la Antártida Occidental, acelerando su desaparición. Sin embargo, este nuevo estudio, liderado por la investigadora Gemma O'Connor, revela que los vientos del norte tienen un impacto mucho mayor. “Estábamos buscando en la dirección equivocada”, admitió Kyle Armour, profesor de oceanografía y coautor del estudio.
La Antártida Occidental, que bordea el mar de Amundsen, es una de las zonas más vulnerables del continente helado. Sus plataformas de hielo, como las de Thwaites y Dotson, actúan como barreras que sostienen la enorme masa de hielo continental. Si estas plataformas colapsan, el hielo podría deslizarse al océano, con consecuencias catastróficas para las costas globales.
Para llegar a esta conclusión, los investigadores analizaron datos históricos de núcleos de hielo, anillos de árboles y corales, combinándolos con 30 simulaciones climáticas de alta resolución. Los resultados mostraron que los vientos del norte reorganizan el hielo marino, bloqueando las polinias, pequeños espacios abiertos que permiten al océano liberar calor. “Cuando las polinias se cierran, el agua cálida queda atrapada, derritiendo las plataformas de hielo desde abajo”, explicó O'Connor.
Este fenómeno crea un efecto en cadena. El agua dulce del hielo derretido se mezcla con el océano, formando corrientes que atraen más agua cálida desde kilómetros de distancia. Este proceso acelera aún más el deshielo, poniendo en riesgo la estabilidad de la región.
El cambio climático podría estar detrás de estos vientos del norte. Según el estudio, las emisiones de gases de efecto invernadero están reduciendo la presión atmosférica sobre el mar de Amundsen, un área clave para los patrones climáticos antárticos. Esta baja presión intensifica los vientos del norte, agravando el problema. “Si las emisiones están impulsando este proceso, reducirlas podría ser una solución”, señaló Eric Steig, profesor de Ciencias de la Tierra y coautor.
El descubrimiento desafía las proyecciones climáticas actuales, que dependen de modelos a menudo limitados por la falta de datos específicos de la Antártida. “Necesitamos más observaciones directas para mejorar nuestras predicciones”, afirmó Armour. La región tiene menos estaciones meteorológicas que otras partes del mundo, lo que complica las simulaciones.
El impacto de este hallazgo va más allá de la ciencia. La Antártida contiene la mayor reserva de agua dulce del planeta, y su derretimiento afecta no solo el nivel del mar, sino también las corrientes oceánicas que regulan el clima global. La pérdida de hielo en la Antártida Occidental podría alterar ecosistemas y comunidades costeras en todo el mundo.
El equipo de investigación incluyó a expertos como LuAnne Thompson y Mira Berdahl de la Universidad de Washington, así como a Yoshihiro Nakayama y Shuntaro Hyogo de otras instituciones. Financiado por la National Science Foundation, la NASA y otras organizaciones, el estudio destaca la importancia de entender los mecanismos detrás del deshielo.
Este hallazgo pone el foco en los vientos del norte como un factor clave que no estaba en el radar de los científicos. Mientras el cambio climático sigue avanzando, la pregunta ahora es cómo mitigar sus efectos en la Antártida. Los próximos pasos en la investigación serán cruciales para proteger esta región vital y sus impactos globales.
Fuente: Nature Geoscience
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