La NASA quiere mapear los océanos como nunca antes: así lo hará el satélite SWOT
La NASA ha puesto en órbita un satélite revolucionario que promete transformar para siempre nuestra comprensión de los océanos, los ríos y los lagos, abriendo una nueva era en el estudio del agua desde el espacio.
2 min lectura

El satélite SWOT (Surface Water and Ocean Topography), desarrollado por la NASA y la agencia espacial francesa CNES, tiene una misión ambiciosa: cartografiar los océanos del mundo con un nivel de detalle sin precedentes. Lanzado a finales de 2022, este instrumento de alta tecnología combina radar interferométrico y altimetría para medir la altura de las superficies oceánicas con una precisión milimétrica.
A diferencia de los satélites anteriores, SWOT no solo se enfoca en grandes corrientes o niveles globales del mar, sino que también podrá detectar fenómenos hasta ahora invisibles desde el espacio, como remolinos oceánicos de menos de 100 km de diámetro. Estos remolinos son esenciales para entender cómo el océano transporta calor, carbono y nutrientes, afectando directamente el clima del planeta.
La NASA estima que el 90 % del exceso de calor causado por el cambio climático se almacena en los océanos. Medir con precisión cómo varían sus niveles, movimientos y estructuras permite a los científicos rastrear los efectos del calentamiento global con mayor exactitud. Además, SWOT estudiará también cuerpos de agua dulce como lagos y ríos, lo que ayudará a gestionar mejor los recursos hídricos en todo el mundo.
El satélite orbita la Tierra cada 21 días, cubriendo más del 90 % de su superficie. Con estos datos, los investigadores podrán crear mapas tridimensionales de la topografía del agua, algo nunca antes logrado a esta escala. Su impacto se sentirá tanto en la ciencia como en políticas públicas, economía pesquera, prevención de desastres naturales e incluso en navegación y transporte marítimo.
Según un estudio publicado en Nature, SWOT abrirá una nueva era para la oceanografía satelital. La investigadora Rosemary Morrow, del CNES, lo resume así: “Veremos los océanos con nuevos ojos: en alta definición, a escala global y en tiempo casi real.” Este salto tecnológico no solo mejora la ciencia, sino que aporta herramientas críticas para enfrentar el cambio climático con mejores datos, modelos y predicciones.
❓ Preguntas frecuentes
Es un satélite desarrollado por la NASA y CNES para mapear la topografía de los océanos y aguas continentales con precisión sin precedentes.
Puede detectar remolinos oceánicos pequeños y medir variaciones en el nivel del agua con mayor resolución que cualquier satélite anterior.
Permite rastrear cómo el océano almacena calor y carbono, fundamentales para entender y predecir los efectos del calentamiento global.
En ciencia climática, gestión del agua, economía pesquera, transporte marítimo y políticas de prevención de desastres naturales.
Continúa informándote

Así se convirtió Noruega en el líder mundial de energía limpia y movilidad sostenible
Noruega logra cubrir casi toda su electricidad con fuentes renovables y avanza hacia un modelo de movilidad y transporte totalmente libre de emisiones

Investigadores descubren que los vientos del norte aceleran la pérdida de hielo en la Antártida Occidental
Un estudio de la Universidad de Washington revela que los vientos del norte, impulsados por el cambio climático, están derritiendo el hielo de la Antártida Occidental, amenazando con elevar el nivel del mar

La ONU concluye que Israel ha cometido genocidio en Gaza tras casi dos años de guerra
Un informe independiente de la ONU atribuye responsabilidad a altos dirigentes israelíes por actos considerados genocidio en Gaza y genera rechazo diplomático inmediato

Aemet anuncia el fin del calor: bajan las temperaturas y llegan las lluvias a España
La Agencia Estatal de Meteorología prevé un cambio de tendencia con descensos térmicos de hasta 10 grados y chubascos en el norte peninsular y el Pirineo

Australia presenta el Tiburón Fantasma, un dron submarino con inteligencia artificial listo para cambiar la guerra naval
El Ghost Shark, desarrollado junto a Anduril, combina propulsión eléctrica e inteligencia artificial para ofrecer a Australia un arma submarina silenciosa y autónoma