25 Feb 2025 - 11:21 UTC

¿Por qué los peces de aguas profundas están emergiendo a la superficie?

En los últimos años, se ha vuelto cada vez más común observar especies marinas que habitan en las profundidades del océano emergiendo a la superficie. Entre ellos destacan el pez remo, el calamar gigante y otras criaturas abisales que rara vez se ven fuera de su hábitat natural. Este fenómeno ha despertado curiosidad y preocupación, ya que algunos creen que estas apariciones podrían estar relacionadas con cambios en el medio ambiente, actividad sísmica o alteraciones en los ecosistemas marinos.

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Aldo Venuta Rodríguez
Pez abisal translúcido nadando en las profundidades del océano, mostrando su estructura interna y adaptaciones biológicas a un entorno de alta presión y oscuridad.

Los océanos son el ecosistema más extenso y menos explorado del planeta. En sus profundidades habitan criaturas adaptadas a condiciones extremas: temperaturas cercanas al punto de congelación, presión aplastante y oscuridad casi total. Por esta razón, cuando animales de aguas profundas emergen a zonas más superficiales, los científicos se preguntan qué está impulsando este comportamiento inusual.

Uno de los ejemplos más conocidos es el pez remo (Regalecus glesne), una criatura alargada y plateada que puede alcanzar hasta 11 metros de longitud. Según creencias populares en países como Japón, la aparición de este pez en la superficie está relacionada con la proximidad de terremotos y tsunamis. Aunque no hay evidencia científica concluyente que respalde esta idea, sí existen hipótesis que explican su ascenso.

Entre las posibles causas, los cambios en las corrientes marinas y en la temperatura del agua ocupan un lugar destacado. El calentamiento global ha provocado un aumento de la temperatura de los océanos, lo que puede obligar a muchas especies a buscar nuevas zonas donde las condiciones sean más favorables. Los peces de aguas profundas podrían verse empujados hacia la superficie debido a estos cambios, especialmente si afectan a sus fuentes de alimento.

Otra explicación se relaciona con la actividad sísmica y volcánica submarina. Se sabe que los océanos esconden cadenas montañosas, volcanes activos y zonas de subducción donde las placas tectónicas interactúan. Algunos científicos creen que los peces de aguas profundas son sensibles a los cambios en la presión y en los campos electromagnéticos que preceden a los sismos. Por esta razón, su ascenso podría ser una respuesta al malestar generado por estas alteraciones geológicas.

Además, la contaminación marina también juega un papel importante. Los derrames de petróleo, plásticos y otras sustancias tóxicas pueden afectar los ecosistemas profundos, obligando a las especies a buscar refugio en zonas menos contaminadas. La alteración del equilibrio químico del océano, producto de la acidificación y la disminución del oxígeno en aguas profundas, puede generar condiciones inadecuadas para la vida en esas regiones, forzando a los animales a migrar.

La pesca de arrastre y otras prácticas industriales también tienen un impacto directo en estas especies. Este tipo de pesca alcanza profundidades considerables, destruyendo hábitats marinos y forzando a los peces a desplazarse hacia zonas donde son más vulnerables. Además, las embarcaciones que exploran el fondo marino para la extracción de recursos minerales o energéticos pueden perturbar el hábitat de estos animales, llevándolos a la superficie.

El ascenso de peces de aguas profundas a zonas cercanas a la superficie también podría estar relacionado con sus propios ciclos biológicos. Algunas especies realizan migraciones verticales diarias, subiendo hacia aguas superficiales por la noche para alimentarse y regresando a las profundidades al amanecer. Sin embargo, los recientes avistamientos sugieren que estos comportamientos se están intensificando o alterando, lo que refuerza la hipótesis de que el entorno marino está experimentando cambios significativos.

En cualquier caso, estas apariciones son oportunidades únicas para que los científicos estudien a estas enigmáticas criaturas. La mayoría de los peces de aguas profundas son difíciles de observar en su entorno natural debido a las condiciones extremas en las que viven. Su ascenso proporciona información valiosa sobre su biología, comportamiento y el estado de los ecosistemas oceánicos.

Sin embargo, este fenómeno también plantea interrogantes preocupantes. Los océanos desempeñan un papel crucial en la regulación del clima terrestre y albergan una biodiversidad que aún estamos lejos de comprender por completo. Si los animales de aguas profundas emergen con mayor frecuencia, podría ser una advertencia sobre desequilibrios ambientales que afectarán no solo a la vida marina, sino también a la humanidad.

Ante estos eventos, los expertos insisten en la necesidad de reforzar la investigación oceánica. La exploración de las profundidades marinas, el monitoreo de las condiciones ambientales y el desarrollo de tecnologías que permitan estudiar estos entornos son fundamentales para entender los cambios en el comportamiento de estas especies. Asimismo, se deben implementar medidas para mitigar los efectos del cambio climático, reducir la contaminación y regular las prácticas industriales que afectan los ecosistemas marinos.