Publicado: 15 mar. 2025
¿Son los terremotos en Nápoles una crisis sísmica en aumento?
Vivir en Italia significa convivir con la historia y la belleza arquitectónica, pero también con la amenaza sísmica. La madrugada del 13 de marzo de 2025, un terremoto de magnitud 4.4 sacudió Nápoles, con epicentro en via Napoli, Pozzuoli. ¿Estamos preparados para enfrentar una crisis sísmica prolongada?
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Autor - Aldo Venuta Rodríguez

Mientras las autoridades intentan tranquilizar a la población asegurando que el Vesubio no tiene relación con estos sismos, los Campos Flégreos siguen mostrando signos de inestabilidad, y el riesgo de un evento de gran magnitud es una posibilidad que no se puede descartar. El Observatorio Vesubiano ha confirmado que el epicentro del sismo estuvo en la zona de via Napoli, Pozzuoli, con características similares al del 20 de mayo de 2023. Lo preocupante es que este no es un caso aislado, sino parte de un patrón que lleva más de dos décadas manifestándose. Desde 2005, los Campos Flégreos han experimentado una crisis bradisísmica que implica elevación del terreno, actividad sísmica frecuente y emisiones de gases, lo que demuestra que el sistema volcánico sigue activo.
Cada vez que un terremoto sacude Nápoles, surgen teorías, debates y una avalancha de declaraciones oficiales. Sin embargo, lo que realmente debería preocuparnos no es el origen inmediato de estos eventos, sino la fragilidad de nuestra infraestructura y la falta de conciencia sobre la necesidad de preparación sísmica. La historia ha demostrado que Italia es un país con un patrimonio arquitectónico valioso pero vulnerable, donde edificios históricos y estructuras antiguas se encuentran en zonas de alto riesgo sísmico. A pesar de los avances en la ingeniería, muchas ciudades no cuentan con planes efectivos de reforzamiento estructural ni con protocolos de evacuación claros. El caso del terremoto en L’Aquila en 2009, que dejó más de 300 muertos, es una lección que no deberíamos olvidar.
Italia ha tomado algunas medidas importantes, como la aprobación de leyes de mitigación del riesgo sísmico, pero en la práctica, muchas de ellas avanzan lentamente o no se aplican con la rigurosidad que deberían. En una región como la de Nápoles y los Campos Flégreos, donde la sismicidad es un fenómeno natural recurrente, la falta de una estrategia de prevención a gran escala es alarmante. No basta con monitorear los volcanes y medir la elevación del terreno; es necesario garantizar que las ciudades sean resilientes ante futuros eventos sísmicos.
Como residente en Italia, he podido ver de cerca la preocupación de la gente cada vez que ocurre un sismo. No es solo el temor inmediato por el movimiento del suelo, sino la incertidumbre sobre lo que puede pasar en el futuro. Las redes sociales se llenan de mensajes de alarma, los medios cubren la noticia por unos días y luego todo vuelve a la normalidad, hasta que llega el próximo temblor. Pero la realidad es que el riesgo sigue ahí. Es momento de dejar de reaccionar solo cuando la tierra tiembla y comenzar a actuar antes de que ocurra una catástrofe mayor.
El riesgo sísmico en Nápoles es una bomba de tiempo, y la única pregunta es cuándo decidirán las autoridades desactivarla antes de que sea demasiado tarde.
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