The Rig: ¿Hasta dónde llega la ciencia ficción del ‘Ancestro’ frente a la realidad científica?
¿Podría existir el "Ancestro" de The Rig en la vida real?
Autor - Aldo Venuta Rodríguez
6 min lectura
La serie de Amazon Prime Video, "The Rig", nos sumerge en un escalofriante thriller sobrenatural donde una plataforma petrolífera en el Mar del Norte se encuentra a merced de una entidad biológica milenaria conocida como el "Ancestro".
Este organismo, que se manifiesta como una vasta red interconectada con la capacidad de influir en el clima, la geología y la mente humana, plantea una pregunta fascinante para la ciencia: ¿podría una criatura así, en teoría, existir en nuestro propio planeta?
Superorganismos y extremófilos
A primera vista, la idea de un superorganismo submarino con conciencia telepática parece pura fantasía. Sin embargo, al desglosar los atributos del Ancestro a la luz de la biología marina extrema y la geobiología, descubrimos que algunos de sus elementos, aunque llevados al extremo, encuentran ecos sorprendentes en la ciencia real. La serie no solo entretiene, sino que nos invita a reflexionar sobre los límites de la vida y los vastos misterios que aún encierra nuestro planeta.
El "Ancestro" es presentado como una forma de vida antigua, anterior a la mayoría de las especies complejas que conocemos, y que ha permanecido dormida o en un estado de latencia durante millones de años en las profundidades oceánicas. Aquí, la ciencia nos ofrece un primer punto de conexión: los extremófilos. Estos son organismos —principalmente bacterias y arqueas— capaces de prosperar en ambientes con condiciones extremas que serían letales para la mayoría de las formas de vida.
En las profundidades marinas, cerca de las chimeneas hidrotermales, encontramos microorganismos que soportan presiones colosales, temperaturas altísimas, ausencia total de luz solar y dependen de la quimiosíntesis en lugar de la fotosíntesis.
La idea de que una forma de vida haya evolucionado para sobrevivir y entrar en estasis por eones en estas condiciones no es del todo descabellada. De hecho, se han encontrado bacterias viables en sedimentos oceánicos con millones de años de antigüedad.
Redes biológicas colosales
Pero la escala y la naturaleza del Ancestro van más allá. Se lo describe como una red viviente inmensa, una especie de hongo o sistema micelial que abarca kilómetros bajo el lecho marino. En la Tierra, existen precedentes impresionantes de superorganismos. El hongo Armillaria ostoyae en Oregón, apodado el "hongo gigante", se extiende por más de 9 kilómetros cuadrados, convirtiéndolo en uno de los organismos más grandes del planeta por área.
Si bien carece de la conciencia o influencia mística del Ancestro, demuestra que la vida puede formar redes subterráneas a una escala masiva. La "Wood Wide Web" es otro ejemplo: una red de hongos micorrícicos que conecta los árboles de un bosque, facilitando el intercambio de nutrientes e incluso, hipotéticamente, la comunicación química entre ellos.
En el medio marino, existen redes químicas igualmente fascinantes, muchos organismos, como esponjas y corales, se comunican y coordinan comportamientos mediante señales químicas en el agua, formando verdaderos ecosistemas interconectados. Además, los biofilms bacterianos —comunidades microscópicas que se adhieren a superficies submarinas— funcionan como auténticos superorganismos, donde miles de millones de bacterias cooperan, comparten nutrientes y se defienden colectivamente, mostrando un nivel de organización sorprendente en el mundo invisible del océano.
Microorganismos que alteran la mente
El mecanismo más perturbador del Ancestro es su capacidad para emitir esporas o partículas que afectan la mente y el comportamiento humano, induciendo alucinaciones, recuerdos compartidos y, en algunos casos, comportamientos irracionales. Aunque las esporas del Ancestro son ficticias, la ciencia ha documentado casos reales de microorganismos que alteran el comportamiento de sus huéspedes. El parásito Toxoplasma gondii, por ejemplo, puede modificar el comportamiento de roedores para que pierdan el miedo a los gatos.
El hongo Ophiocordyceps unilateralis es famoso por convertir hormigas en "zombies", forzándolas a trepar a lugares específicos para dispersar sus esporas. Extrapolar esta capacidad a un nivel que permita una comunicación psíquica compleja o la proyección de recuerdos es el salto cualitativo de la ciencia ficción, pero la base de un organismo que influya neurológicamente no es desconocida para la biología.
¿Puede la vida cambiar el clima y la geología?
Finalmente, la capacidad del Ancestro para influir en fenómenos geológicos y climáticos —como la generación de niebla, la alteración de corrientes marinas o la inducción de terremotos— es donde la serie se adentra en lo puramente especulativo. Sin embargo, incluso aquí, podemos encontrar un eco en la Hipótesis de Gaia. Esta teoría propone que los organismos vivos de la Tierra interactúan con su entorno inorgánico para formar un sistema complejo y autorregulado que mantiene las condiciones necesarias para la vida.
Si bien no sugiere que un único organismo pueda "causar" un terremoto, sí reconoce que la vida y los procesos geológicos están intrínsecamente conectados en una danza compleja a lo largo de eones. La idea de una entidad que sea, en esencia, la "conciencia" o el "sistema nervioso" de este sistema geobiológico es una fascinante ampliación de esta hipótesis.
Conclusión: entre la imaginación y el asombro científico
En conclusión, mientras que el "Ancestro" de "The Rig" es un producto de la imaginación que busca el drama y el terror, su concepción se nutre de elementos reales de la biología y la geología extremas. Nos recuerda que las profundidades de nuestros océanos, vastas y aún mayormente inexploradas, podrían albergar formas de vida que desafían nuestra comprensión actual, y que la interacción del ser humano con el planeta es un equilibrio delicado que, una vez perturbado, puede tener consecuencias imprevistas.
"The Rig" no solo es una emocionante serie, sino también una provocadora llamada de atención sobre lo que podría esconderse bajo la superficie y cómo nuestras acciones impactan un ecosistema global del que apenas comenzamos a rascar la superficie.
Continúa informándote
Cómo funciona de verdad un láser y por qué no se ve “el rayo” en el aire
Los láseres producen un tipo de luz extremadamente ordenada y concentrada, pero su rayo casi nunca se ve en el aire. Aquí te explicamos cómo funciona realmente un láser y por qué el haz visible es solo una ilusión del ambiente
Cómo los sonidos de las palabras influyen en lo atractivas y memorables que nos parecen
Un estudio revela que ciertos sonidos hacen que las palabras nos parezcan más atractivas y fáciles de recordar, mostrando cómo la fonética influye en la emoción y la memoria
Así es el nuevo modelo 3D que permite explorar las estatuas de la Isla de Pascua desde casa
Un modelo 3D de alta resolución de la cantera de Rano Raraku permite explorar desde casa el paisaje donde se tallaron los moáis y revela cómo trabajaban distintos talleres en la Isla de Pascua
El suroeste de EE. UU. fue más polvoriento entre glaciaciones: un registro de 230.000 años lo demuestra
Un registro de 230.000 años del lago Stoneman revela que el suroeste de EE. UU. emitió más polvo entre glaciaciones que durante ellas, desafiando patrones globales
Cómo un desecho minero tóxico podría convertirse en una herramienta clave para obtener agua potable
Un estudio demuestra que el drenaje ácido de minas puede transformarse en cloruro férrico para tratar agua potable, convirtiendo un riesgo ambiental en un recurso útil
Evidencias muestran que los grandes lagos de K’gari enfrentaron una sequía severa entre 7.600 y 5.600 años atrás
Un estudio revela que varios lagos profundos de K’gari se secaron entre 7.600 y 5.600 años atrás, mostrando una sequía extrema y obligando a replantear la historia climática del este de Australia