El futuro de los bosques británicos enfrenta un serio desafío. Según una nueva investigación liderada por científicos de la Universidad de Exeter, la llegada de nuevas plagas y enfermedades podría reducir drásticamente el crecimiento de los árboles en el Reino Unido durante las próximas décadas.
La preocupación surgió tras la devastadora epidemia de muerte regresiva del fresno, que motivó al gobierno británico a evaluar las amenazas potenciales provenientes de patógenos externos. En este reciente estudio, se analizaron 636 plagas y enfermedades para estimar su probabilidad de invasión y su impacto proyectado sobre la masa arbórea.
Basados en tasas históricas de llegada, los investigadores predicen que, si continúan las tendencias actuales, para el año 2050 podría perderse más del 50% del crecimiento esperado de los árboles, comparado con un escenario libre de nuevas invasiones.
El profesor Dan Bebber, autor principal del estudio, advirtió que enfrentar este riesgo es especialmente complicado en un mundo hiperconectado por el comercio y los viajes globales. "La defensa contra el riesgo incierto es siempre la diversidad", afirmó. Sin embargo, la baja diversidad genética de los árboles británicos los hace particularmente vulnerables.
Entre los árboles en mayor riesgo se encuentran especies emblemáticas como el pino, el cerezo, el abeto, el alerce y el roble. La situación es preocupante, considerando que, en promedio, una nueva plaga o enfermedad de los árboles se ha establecido en el Reino Unido cada año reciente.

Históricamente, la cubierta arbórea británica cayó a niveles críticos —menos del 5%— a principios del siglo XX, aunque en 2018 se había recuperado hasta alcanzar el 13%. Esta cifra sigue siendo muy inferior al promedio europeo del 39%.
La estrategia de reforestación, basada principalmente en especies exóticas de crecimiento rápido, ha aumentado la masa forestal, pero también ha generado bosques menos resilientes frente a las amenazas biológicas emergentes. Solo el 2,5% de los bosques del Reino Unido son considerados antiguos, es decir, han estado presentes de manera continua desde 1600.
Las metas gubernamentales apuntan a aumentar la cobertura arbórea en Inglaterra al 16,5% para 2050, en Escocia al 21% para 2032, y a plantar 2.000 hectáreas por año en Gales. No obstante, el profesor Bebber advirtió sobre la necesidad de diseñar estos proyectos con gran precaución.
"Nuestro estudio destaca la urgencia de garantizar que los esfuerzos de reforestación sean resilientes frente a futuras plagas, enfermedades y los efectos del cambio climático", enfatizó Bebber. "La biodiversidad y los servicios ecosistémicos que los árboles proporcionan están en juego."
El estudio fue financiado por el proyecto ADD-TREES del Consejo de Investigación en Ingeniería y Ciencias Físicas (EPSRC), iniciativa que combina inteligencia artificial y ciencia ambiental para mejorar la toma de decisiones sobre el uso de la tierra y fomentar la creación de nuevos bosques.
El artículo científico ha sido publicado en la revista Plants People Planet bajo el título: "Posibles impactos de las plagas y enfermedades de las plantas en los árboles y los bosques del Reino Unido".
Referencias: Universidad de Exeter