El cometa 3I/Atlas emite su primera señal de radio y pone fin a las teorías conspirativas
Astrónomos detectan por primera vez una señal de radio del cometa 3I/Atlas, confirmando que se trata de un cuerpo natural y no de origen artificial
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Durante las últimas semanas, el nombre de 3I/Atlas ha circulado por foros, redes y programas de radio con una mezcla de asombro y sospecha. ¿Era un cometa o una sonda de otra civilización? La respuesta acaba de llegar desde Sudáfrica: el radiotelescopio MeerKAT ha detectado por primera vez una señal de radio procedente del objeto, y su naturaleza no deja lugar a dudas.
La detección se realizó el 24 de octubre de 2025, cuando el cometa se encontraba muy cerca del Sol, en una posición arriesgada para cualquier observación desde la Tierra. Pese al desafío, las 64 antenas de MeerKAT captaron dos líneas precisas, en las frecuencias de 1665 y 1667 megahercios. Son las líneas características del radical hidroxilo, o molécula de OH, un subproducto del agua. En pocas palabras, el cometa desprende vapor, y ese vapor deja huella en el espectro de radio.
No se trata de una “señal alienígena”, como algunos medios sensacionalistas insinuaron, sino de una firma química. El gas que envuelve al cometa absorbió parte de la radiación de fondo, generando un patrón reconocible para los astrónomos. Esa huella confirma que 3I/Atlas se comporta igual que los cometas del Sistema Solar: cuando se acercan al Sol, sus hielos se subliman y liberan moléculas que interactúan con la luz y las ondas de radio.
El hallazgo marca un antes y un después. Es la primera vez que un objeto interestelar —es decir, proveniente de otro sistema estelar— muestra una señal de este tipo. Ni ‘Oumuamua en 2017 ni Borisov en 2019 habían dejado una huella tan clara en radiofrecuencia. Con 3I/Atlas, los astrónomos tienen por fin una confirmación directa de actividad cometaria más allá del Sol.
Los responsables de la observación explicaron que las líneas de absorción no aparecen por azar. La geometría del cometa respecto al fondo del cielo hacía que el gas en su coma actuara como un filtro natural, “comiéndose” parte de la radiación. Es un fenómeno conocido y perfectamente coherente con un cometa activo. Nada sugiere una transmisión tecnológica.
El descubrimiento también sirve para enfriar los rumores que se habían multiplicado en las redes desde que el objeto fue descubierto el 1 de julio. Algunos usuarios habían relacionado su trayectoria con la mítica señal Wow! de 1977 y con teorías sobre naves interestelares encubiertas. Los datos de MeerKAT, sin embargo, son contundentes: el comportamiento es totalmente físico y natural.
Los científicos aprovecharon la oportunidad para destacar la complejidad de la observación. Estudiar un cuerpo tan cercano al Sol desde la Tierra implica lidiar con interferencias y ruido térmico que pueden enmascarar cualquier señal débil. Que MeerKAT haya logrado detectar las líneas de OH demuestra no solo la calidad del instrumento, sino también la coordinación entre los equipos sudafricanos y europeos.
Avi Loeb, el polémico astrofísico de Harvard que defiende la búsqueda de tecnologías extraterrestres, reconoció que la detección encaja con la explicación cometaria. Aun así, pidió continuar el monitoreo por si la intensidad de la señal cambia al alejarse del Sol. “Si se mantiene, sería un laboratorio perfecto para entender la química de estos objetos”, escribió en Medium.
La comunidad astronómica ya planea nuevos seguimientos. Cuando 3I/Atlas cruce la órbita de Júpiter en marzo de 2026, la nave Juno intentará captar emisiones en frecuencias más bajas para estudiar su interacción con el viento solar. Si tiene éxito, sería la primera vez que una sonda espacial analiza directamente la respuesta magnética de un cuerpo interestelar.
Mientras tanto, el visitante sigue alejándose silenciosamente. Su paso por el Sistema Solar dejará una lección duradera: no todos los misterios esconden mensajes inteligentes. A veces, lo más extraordinario es que la naturaleza, sin necesidad de tecnología, pueda producir señales tan precisas que engañen incluso a los oídos más atentos.
Fuentes utilizadas en la investigación:
Preguntas frecuentes
Detectaron por primera vez una señal de radio natural procedente del cometa, confirmando su composición y comportamiento similares a los de los cometas del Sistema Solar.
Que las líneas de radio observadas corresponden al radical hidroxilo (OH), un subproducto del agua, lo que prueba que el cometa libera vapor y no emite señales artificiales.
Porque es la primera vez que un objeto interestelar muestra una señal de radio cometaria, proporcionando evidencia directa de actividad natural más allá del Sistema Solar.
Los astrónomos coincidieron en que el fenómeno es completamente natural y descartaron teorías sobre un posible origen artificial del cometa 3I/Atlas.
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