La sequía en el sur peninsular ya no es una excepción: es la nueva normalidad climática
Las condiciones de sequía persistente en el sur de España revelan un nuevo patrón climático marcado por el calentamiento global
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El sur de la península ibérica se está secando de forma estructural. Lo que antes era una excepción climática, hoy se consolida como una nueva normalidad. Estudios recientes y datos meteorológicos acumulados a lo largo de dos décadas indican que la sequía ha dejado de ser un fenómeno puntual para convertirse en un rasgo permanente del clima mediterráneo en regiones como Andalucía, Murcia o Castilla-La Mancha.
La disminución de las lluvias invernales, unida al aumento sostenido de las temperaturas medias y a olas de calor cada vez más intensas, ha alterado de forma profunda los equilibrios hidrológicos. Los embalses no se recuperan al ritmo esperado, las reservas de agua subterránea bajan, y la agricultura intensiva agrava el problema al demandar más recursos de los que el territorio puede regenerar.
El cambio climático global actúa como amplificador de estos procesos. Según la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET), España se está calentando un 36 % más rápido que el promedio mundial. En el sur, los impactos son particularmente severos: mayor evapotranspiración, menor humedad en el suelo y mayor riesgo de desertificación.
Ya no basta con esperar un año lluvioso que equilibre el balance hídrico. El modelo hidrológico del siglo XX ha colapsado y urge adaptar tanto las infraestructuras como los hábitos de consumo a una realidad más árida. Esto implica rediseñar los cultivos, repensar el uso urbano del agua y reforestar con especies resilientes al calor y a la escasez hídrica.
El impacto social también es ineludible. Los agricultores pierden rentabilidad, las ciudades imponen restricciones, y las poblaciones rurales más expuestas podrían sufrir desplazamientos. Esta nueva normalidad climática plantea un reto ecológico, económico y político que requiere respuestas coordinadas a nivel autonómico, nacional y europeo.
No es solo un problema del sur. El avance de las condiciones semiáridas hacia el norte sugiere que el futuro climático de España podría parecerse al presente de Almería. El tiempo para la adaptación se acorta, y los próximos años serán decisivos para evitar que la sequía estructural se convierta en una emergencia crónica.
Referencias: AEMET – Agencia Estatal de Meteorología, IPCC – Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático
Preguntas frecuentes
Por su clima mediterráneo árido, más expuesto al calentamiento global y a la escasez de lluvias.
No totalmente. Pero es posible mitigar sus efectos con gestión hídrica, reforestación y adaptación agrícola.
Es el principal responsable del aumento de temperaturas y la reducción de precipitaciones en la zona.
Aumenta los costos, reduce la producción agrícola y puede generar migraciones rurales por escasez de agua.
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