La NASA ha puesto en marcha una ambiciosa campaña aérea para rastrear uno de los recursos más vitales del planeta: el agua dulce. A bordo del avión C-20A, un equipo de científicos sobrevoló las montañas de Sierra Nevada y las Montañas Rocosas con un radar de apertura sintética, como parte de la misión Dense UAVSAR Snow Time (DUST).
Esta iniciativa busca comprender cómo y cuándo la nieve estacional se convierte en agua líquida, información clave para planificar el uso de recursos hídricos en regiones dependientes del deshielo para agua potable, agricultura y generación de energía.
El UAVSAR, un radar de alta precisión diseñado por el Laboratorio de Propulsión a Chorro (JPL) de la NASA, permite a los investigadores medir el equivalente de agua de la nieve (EWN), un indicador crucial para prever escorrentías y planificar el almacenamiento en embalses.

“La nieve es más que un fenómeno estacional. Es una fuente vital de agua para millones de personas y ecosistemas”, explicó Starr Ginn, gerente del proyecto C-20A en el Centro Armstrong. “Por eso es fundamental entender cómo varía su volumen y su momento de derretimiento”.
Los vuelos realizados en febrero y marzo de 2025 han proporcionado información sin precedentes sobre la cantidad de agua almacenada en la nieve. Gracias a la tecnología del avión, el equipo pudo seguir trayectorias altamente precisas, lo que aumentó la calidad de los datos recogidos.
Shadi Oveisgharan, investigador principal del proyecto DUST, señaló que el radar demostró ser una herramienta eficaz para cuantificar el EWN: “Esto permite ajustar con más precisión cuándo y cuánto agua estará disponible, algo crucial en un contexto de cambio climático y sequías crecientes”.
Las variaciones climáticas en el oeste estadounidense han modificado drásticamente los patrones tradicionales de acumulación y derretimiento de nieve. La misión DUST responde a la necesidad urgente de adaptar la gestión del agua a estas nuevas condiciones.
Los datos obtenidos permitirán desarrollar mejores modelos de predicción para las agencias encargadas del suministro hídrico, evitando desperdicios y mejorando la planificación de sistemas de riego y reservas de agua en presas y embalses.

Joe Piotrowski Jr., ingeniero del programa de ciencia aérea de Armstrong, comparó la precisión del sistema con las marcas de una cortadora de césped: “El Piloto Automático de Precisión permite al avión repetir trayectorias exactas, detectando cambios milimétricos en la superficie”.
El éxito de esta misión también sienta un precedente para futuras campañas similares en otras regiones del mundo afectadas por el derretimiento de nieve y glaciares. UAVSAR podría convertirse en una herramienta global para la seguridad hídrica.
Desde los cielos de California hasta los centros de investigación, la NASA demuestra una vez más que la observación de la Tierra es tan estratégica como la exploración del espacio. El futuro del agua empieza en el aire.