Científicos del Instituto Smithsonian de Investigaciones Tropicales (STRI) han descubierto que los murciélagos de labios con flecos (Trachops cirrhosus) desarrollan su habilidad para distinguir entre presas seguras y peligrosas a medida que crecen. Según el nuevo estudio, publicado en Proceedings of the Royal Society B, estos murciélagos perfeccionan su comportamiento de caza mediante el aprendizaje basado en la experiencia.
Estos depredadores únicos, que viven en los trópicos de América desde Panamá hasta Brasil, son expertos en escuchar a escondidas los cantos de apareamiento de ranas y sapos para localizar a sus presas. Sin embargo, no todas las presas son ideales: algunas especies son venenosas o demasiado grandes para ser manejadas. El estudio revela que los jóvenes murciélagos inicialmente no diferencian bien entre cantos seguros y peligrosos, pero desarrollan esta capacidad con el tiempo.
Para llegar a estas conclusiones, los investigadores analizaron las reacciones de murciélagos adultos y juveniles ante grabaciones de 15 especies de ranas y sapos locales. Se observó que los adultos respondían principalmente a presas comestibles, mientras que los jóvenes mostraban reacciones menos selectivas. Curiosamente, aunque ambos grupos identificaban el tamaño de la presa a partir del canto, solo los adultos lograban distinguir las especies tóxicas.
“Fue fascinante ver que los murciélagos jóvenes, como los niños humanos, necesitan práctica y experiencia para mejorar sus decisiones de caza”, explicó Rachel Page, científica del STRI. Esta investigación marca la primera vez que se compara explícitamente cómo depredadores generalistas desarrollan habilidades de escucha a lo largo de su crecimiento.
El trabajo también resalta un patrón potencialmente extendido en el reino animal, donde el aprendizaje temprano resulta crucial para sobrevivir en entornos complejos. Según Ximena Bernal, investigadora asociada de STRI, estos resultados podrían motivar a otros científicos a explorar cómo la experiencia modula el comportamiento de otros depredadores en diversos ecosistemas.
Además, este estudio destaca la importancia de proteger los ecosistemas tropicales donde se desarrolla esta compleja interacción entre depredadores y presas. El STRI, con sede en Panamá, sigue liderando investigaciones esenciales sobre la biodiversidad y su relación con el bienestar humano y la conservación ambiental.