Publicado: 10 abr. 2025
Así se hundió el Titanic: el mayor escaneo 3D realizado confirma detalles ignorados por un siglo
Más de un siglo después de su tragedia, un modelo digital exacto del Titanic permite reconstruir con precisión científica las últimas horas del buque y revela nuevas pruebas del sacrificio de su tripulación
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4 min lectura
Autor - Aldo Venuta Rodríguez

En el abril de 1912, el mundo asistió al naufragio más emblemático de la era moderna: el hundimiento del RMS Titanic. Pero hoy, gracias a tecnología de escaneo 3D y simulaciones computacionales de alta resolución, la historia se reescribe con nuevos datos técnicos, hallazgos visuales y una reivindicación tardía a los héroes anónimos de aquella noche.
Más de 700.000 imágenes submarinas tomadas desde vehículos teledirigidos fueron ensambladas para formar un gemelo digital del naufragio. Este escaneo, desarrollado por la BBC junto a Atlantic Productions y Magellan en 2023, reveló el estado actual del pecio a unos 3.800 metros de profundidad en el Atlántico Norte, cerca de Canadá. Pero su mayor valor reside en lo que nos permite reconstruir: los momentos finales de la embarcación, con una fidelidad sin precedentes.

Entre los descubrimientos más conmovedores destaca el papel de los ingenieros de a bordo, quienes se negaron a abandonar sus puestos mientras el barco se hundía. El escaneo muestra una válvula de vapor abierta en la cubierta trasera, indicando que el sistema de generación eléctrica seguía activo incluso en los últimos minutos. Esto coincide con los testimonios históricos: las luces del Titanic permanecieron encendidas hasta el final, facilitando la evacuación de cientos de pasajeros en medio del caos.
Una simulación realizada por el University College de Londres, liderada por el profesor Jeom-Kee Paik, permite ahora comprender por qué el barco se hundió tan rápido pese a su diseño aparentemente “insumergible”. Aunque estaba dividido en 16 compartimentos estancos, el impacto con el iceberg generó una serie de pequeñas perforaciones a lo largo del casco, similares al tamaño de una hoja de papel. Estas grietas permitieron que el agua se infiltrara lentamente pero de manera constante, colapsando seis compartimentos —dos más de los que el buque podía soportar sin hundirse.
La simulación confirma que el Titanic chocó de costado y no frontalmente contra el iceberg, causando un patrón de daño más extenso pero menos evidente a simple vista. El escaneo digital reveló un ojo de buey destrozado —evidencia física que coincide con los relatos de pasajeros que describieron hielo ingresando a los camarotes.
En la sección trasera del barco, los restos muestran calderas deformadas en forma cóncava, señal de que seguían funcionando cuando el buque colapsó. Esto ratifica los informes sobre el trabajo heroico del jefe de ingenieros Joseph Bell y su equipo, quienes sacrificaron sus vidas para mantener la energía a bordo y evitar un pánico mayor.
“El Titanic es el último testigo silencioso del desastre”, explicó Parks Stephenson, analista del naufragio. “Ahora, con este modelo, no solo entendemos mejor lo que pasó, sino que vemos por primera vez la evidencia física de los relatos históricos”.
El escaneo 3D también permite observar la distribución de los restos: la proa, aún erguida, yace separada de la popa, reducida a una montaña de hierro distorsionado. La distancia entre ambas partes es de unos 600 metros, lo que da una idea de la violencia con la que se partió el barco tras sumergirse.

Aunque el escaneo no puede penetrar los sedimentos que cubren ciertas zonas, cada nueva imagen revela piezas, estructuras y pertenencias que siguen contando la historia desde el fondo del océano. “Solo nos está susurrando parte de lo que vivió”, concluyó Stephenson, “pero cada detalle nos acerca más a la verdad”.
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