China ha logrado un avance tecnológico en el campo de la energía nuclear al poner en funcionamiento uno de los primeros reactores del mundo alimentado por torio y capaz de ser recargado mientras sigue en operación. Este logro revive una tecnología que fue concebida, probada y abandonada por Estados Unidos en el siglo pasado.
El reactor, que entró en funcionamiento en junio de 2024, ha sido recientemente recargado con combustible sin necesidad de detener su funcionamiento, según medios estatales chinos. Aunque se trata de un pequeño reactor experimental de solo dos megavatios térmicos, su éxito ha despertado un renovado interés global en el potencial del torio como alternativa al uranio.

Durante las décadas de 1950 y 1960, EE.UU. investigó extensamente esta tecnología en laboratorios como Oak Ridge, utilizando Uranio-233 obtenido a partir de torio irradiado. Sin embargo, el enfoque se desvió hacia reactores de uranio enriquecido, en parte por su conexión con programas armamentistas.
Hoy, China lidera la construcción de reactores nucleares a nivel mundial, con más de diez nuevos proyectos aprobados este año y una fuerte inversión de 27.000 millones de dólares. El país también está apostando por diseños innovadores, como reactores refrigerados por sal fundida o gas a alta temperatura.
El reactor de torio no es una planta comercial de gran escala, pero representa un avance crucial. A diferencia de los reactores tradicionales que deben apagarse para recargarse, esta unidad puede mantenerse activa durante el proceso, lo que podría mejorar la eficiencia operativa y reducir costos en futuras instalaciones.

Compañías como Kairos Power en EE.UU. también exploran tecnologías antiguas rediseñadas, incluyendo el uso de sal fundida. El proyecto chino con torio se suma a esta tendencia de rescatar conceptos pasados y adaptarlos con tecnologías modernas.
A pesar del entusiasmo, persisten desafíos técnicos. En el caso del torio, uno de los obstáculos es la producción eficiente de Uranio-233. Además, se requieren materiales resistentes a la corrosión extrema para los sistemas de sal fundida, una dificultad aún sin solución definitiva.
La comunidad internacional observa con interés estos desarrollos, que podrían abrir una nueva era para la energía nuclear, más segura, limpia y diversificada. Reactores como el de torio podrían desempeñar un papel clave en la transición energética global.