29 Dec 2024 - 17:17 UTC

Retroceso alarmante de los glaciares en la Antártida

El deshielo de los glaciares de la Antártida Occidental es uno de los fenómenos más preocupantes relacionados con el cambio climático. Estas gigantescas masas de hielo están perdiendo volumen a una velocidad sin precedentes, lo que podría tener consecuencias catastróficas para el nivel del mar y las comunidades costeras de todo el mundo.

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Aldo Venuta Rodríguez
Imagen del glaciar Thwaites, también conocido como el "glaciar del juicio final", mostrando sus impresionantes paredes de hielo en retroceso debido al calentamiento global.
El glaciar Thwaites, clave en el aumento del nivel del mar, muestra un retroceso alarmante.

Navegación por el artículo:

  1. ¿Qué está pasando en la Antártida Occidental?
  2. ¿Qué implicaciones tiene el deshielo para el mundo?
  3. ¿Cómo se estudian estos cambios?
  4. ¿Qué podemos hacer frente a esta crisis?

¿Qué está pasando en la Antártida Occidental?

La Antártida Occidental alberga glaciares clave como el Pine Island y el Thwaites, este último conocido como el "glaciar del juicio final" debido al impacto potencial de su colapso. Investigaciones recientes han revelado que el calentamiento global y la intrusión de corrientes de agua cálida están acelerando el derretimiento desde las bases de estos glaciares, debilitándolos y aumentando el riesgo de colapso.

Si bien la pérdida de hielo en los glaciares ha sido una preocupación durante décadas, los científicos ahora advierten que ciertos puntos de inflexión han sido alcanzados. Esto significa que, incluso si se estabilizan las temperaturas globales, algunos glaciares seguirán retrocediendo de manera irreversible.

¿Qué implicaciones tiene el deshielo para el mundo?

La contribución de los glaciares antárticos al aumento del nivel del mar podría ser devastadora. Por ejemplo, si el glaciar Thwaites colapsa por completo, los niveles del mar podrían elevarse hasta tres metros. Este aumento no solo inundaría ciudades costeras como Nueva York, Tokio o Buenos Aires, sino que también desplazaría a millones de personas y causaría pérdidas económicas inmensas.

Además, la pérdida de hielo polar altera los patrones de circulación oceánica y climática, intensificando tormentas y provocando cambios en los ecosistemas marinos. Todo esto crea un efecto dominó que afecta tanto a los polos como a regiones distantes del planeta.

¿Cómo se estudian estos cambios?

Para comprender la magnitud de este problema, los científicos utilizan herramientas avanzadas como sensores satelitales y vehículos submarinos no tripulados. Estas tecnologías permiten medir la velocidad de retroceso de los glaciares, su pérdida de masa y los cambios en las corrientes oceánicas que los afectan. Gracias a estos datos, los investigadores pueden crear modelos más precisos para predecir los impactos futuros del deshielo.

Por ejemplo, los satélites han detectado que más del 40% de las plataformas de hielo de la Antártida Occidental han perdido masa en los últimos 25 años. Estas plataformas actúan como "barreras" que sostienen a los glaciares, por lo que su debilitamiento es un claro indicador de los riesgos a los que nos enfrentamos.

¿Qué podemos hacer frente a esta crisis?

El retroceso de los glaciares es un recordatorio urgente de la necesidad de actuar contra el cambio climático. Reducir las emisiones de gases de efecto invernadero es el primer paso crucial. Esto implica transitar hacia fuentes de energía renovable, promover políticas de eficiencia energética y reforestar para absorber dióxido de carbono.

También es vital proteger los ecosistemas polares y apoyar la investigación científica que permita monitorear y mitigar el deshielo. Los acuerdos internacionales, como el Acuerdo de París, son fundamentales para garantizar que los países trabajen juntos en esta causa global.