Un equipo de investigadores descubrió en el sitio arqueológico de Kammern-Grubgraben, Austria, que los humanos del máximo glacial, hace entre 24.000 y 20.000 años, dependían de la caza de renos para sobrevivir. La investigación, publicada en la revista Journal of Paleolithic Archaeology, muestra cómo estos animales no solo fueron una fuente de alimento, sino también cruciales para confeccionar prendas de abrigo resistentes al frío extremo.
Con temperaturas anuales promedio de -3,5 °C, Kammern-Grubgraben destaca como uno de los asentamientos con mayor concentración de herramientas de piedra, ornamentos y artefactos del último máximo glacial. Según los investigadores, el sitio era utilizado principalmente durante los inviernos, sirviendo como refugio ante las duras condiciones climáticas.
Entre los hallazgos predomina una abundancia de huesos de renos (Rangifer tarandus), en contraste con otros yacimientos donde predominaban los huesos de mamut. El análisis de los restos revela que los animales fueron cazados durante el invierno, evidenciado por la presencia de astas adheridas a los cráneos.

Los investigadores sostienen que las pieles de reno, altamente impermeables y térmicas, fueron esenciales para fabricar ropa especializada. Basándose en estudios etnográficos, concluyeron que en ocasiones las pieles eran incluso más valiosas que la carne para las estrategias de supervivencia.
Entre los artefactos más destacados encontrados en la excavación figuran numerosas agujas de coser con ojo, elaboradas en hueso. Estas herramientas, de entre cinco y diez centímetros de largo, permitieron confeccionar prendas complejas y ajustadas, esenciales para resistir el viento helado del máximo glacial.
Según el investigador Ian Gilligan, de la Universidad de Sydney, estas agujas representan un avance tecnológico crucial, ya que posibilitaron la creación de ropa a medida. Esta innovación fue decisiva para la expansión humana hacia latitudes más frías durante la prehistoria.
Aunque la conservación de materiales orgánicos en Kammern-Grubgraben es limitada, el enfoque multidisciplinario del estudio permitió reconstruir aspectos fundamentales de la vida en condiciones extremas. Kerstin Pasda, líder de la investigación, subrayó la importancia de combinar estudios anatómicos, análisis de desgaste de herramientas y comparaciones con pueblos indígenas actuales para interpretar el uso de pieles.
Este descubrimiento ofrece nuevas perspectivas sobre la adaptación humana al clima glacial, y los investigadores llaman a realizar futuros estudios que proporcionen estimaciones más precisas sobre las temperaturas que enfrentaron aquellos antiguos pobladores.
Referencias: Journal of Paleolithic Archaeology | New Scientist