La licencia otorgada permite a SpaceX realizar una nueva prueba desde su base en Boca Chica, Texas. En este intento, la compañía implementará una serie de modificaciones en el hardware y los procedimientos operativos con el objetivo de mejorar la confiabilidad de la nave. Entre los cambios más significativos se encuentran mejoras en los flaps delanteros para reducir la exposición al calor durante la reentrada, así como la optimización de los mecanismos internos y el escudo térmico.
El lanzamiento, programado para el lunes 3 de marzo, busca superar los desafíos enfrentados en vuelos anteriores. En esta ocasión, la misión incluye un ambicioso intento de captura del propulsor Super Heavy por parte de la torre de lanzamiento, una maniobra que, de tener éxito, marcaría un avance significativo en la reutilización del sistema. Mientras tanto, la nave Starship intentará un amerizaje controlado en el Océano Índico, al oeste de Australia.
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El vuelo 7 de Starship terminó en fracaso cuando la nave se desintegró en el aire minutos después del despegue, dispersando escombros sobre el Caribe y obligando a las aerolíneas a desviar múltiples vuelos. A pesar de que SpaceX aún no ha concluido la investigación sobre este incidente, la FAA ha decidido otorgar la licencia, argumentando que la empresa ha cumplido con todos los requisitos de seguridad y medioambientales necesarios para el nuevo lanzamiento.
La relación entre SpaceX y los reguladores ha sido tensa en los últimos años. En 2023, la FAA multó a la compañía con 633.000 dólares por incumplimientos en los requisitos de licencia, y la Agencia de Protección Ambiental (EPA) también sancionó a SpaceX por violaciones a la Ley de Agua Limpia en Texas. Elon Musk, CEO de la empresa, ha criticado en repetidas ocasiones a los organismos reguladores y llegó a amenazar con demandar a la FAA por lo que calificó como una "excesiva burocracia", aunque nunca llevó el caso a los tribunales.
A pesar de estos desafíos, SpaceX sigue avanzando con su ambicioso plan de desarrollar un sistema de transporte interplanetario totalmente reutilizable. Starship es fundamental para las misiones lunares del programa Artemis de la NASA y los futuros planes de colonización de Marte. Con cada prueba, la compañía recopila datos cruciales para refinar su diseño y alcanzar su objetivo final: hacer de Starship un vehículo fiable para la exploración espacial de larga distancia.