Wolf 359, una de las estrellas más cercanas al sistema solar, es una enana roja con apenas una décima parte de la masa del Sol. Estas estrellas son las más comunes del universo y ofrecen una ventana única para estudiar la habitabilidad planetaria. Según el estudio, solo los planetas situados en la zona habitable y con atmósferas ricas en gases como el dióxido de carbono podrían sostener condiciones propicias para la vida.
El equipo de astrónomos utilizó datos del Chandra y el XMM-Newton para analizar las cantidades de radiación de rayos X y ultravioleta extrema emitidas por Wolf 359. Descubrieron que la radiación constante de la estrella, combinada con frecuentes llamaradas de rayos X, genera un entorno hostil para los planetas cercanos. Sin una atmósfera adecuada, la radiación podría destruir completamente las condiciones necesarias para la vida.
“Wolf 359 nos ofrece una oportunidad extraordinaria para entender las complejidades del clima espacial”, explicó Scott Wolk, investigador principal del estudio. “Es una estrella cercana, representativa de las más comunes en el universo, lo que la convierte en un excelente laboratorio natural para estudiar la habitabilidad de los exoplanetas”.
El estudio destaca que los planetas ubicados dentro de la zona habitable de Wolf 359 podrían mantener atmósferas durante miles de millones de años solo si están ubicados en el límite exterior de la zona y poseen gases de efecto invernadero que retengan el calor. En contraste, los planetas más cercanos a la estrella enfrentarían niveles destructivos de radiación, lo que haría insostenible la vida multicelular.
Además de la radiación constante, los investigadores observaron 18 llamaradas de rayos X en un período de 3,5 días, lo que resalta la intensidad del entorno alrededor de Wolf 359. Estas llamaradas representan un desafío adicional para cualquier atmósfera planetaria, limitando significativamente las posibilidades de habitabilidad en las regiones interiores de la zona habitable.
Otro aspecto clave del estudio fue el análisis de los efectos combinados de la radiación constante y las llamaradas en planetas potenciales. Los resultados sugieren que las atmósferas de los planetas en la zona habitable podrían ser erosionadas en solo un millón de años si no cuentan con una protección adecuada. Sin embargo, planetas más alejados y con un efecto invernadero significativo podrían resistir estas condiciones durante mucho más tiempo.
Estos hallazgos tienen implicaciones importantes para la búsqueda de vida extraterrestre, especialmente en sistemas estelares con enanas rojas. Los resultados subrayan la necesidad de considerar tanto las condiciones de radiación como las características atmosféricas al evaluar la habitabilidad de exoplanetas. “Es un avance significativo para comprender cómo interactúan las estrellas y los planetas en la evolución de la vida”, concluyó Wolk.