17 Jan 2025 - 11:00 UTC

China alcanza el objetivo del 5% del PIB pero enfrenta desafíos con los aranceles de Trump

China alcanzó un crecimiento del 5% en su PIB en 2024, superando las expectativas gracias a una política de estímulos y al auge de las exportaciones. Sin embargo, el regreso de los aranceles propuestos por Donald Trump amenaza la estabilidad económica del país y plantea desafíos para mantener su impulso.

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Aldo Venuta Rodríguez - Editor Iceebook
Vista panorámica del horizonte de Shanghái al amanecer, con rascacielos y viviendas bajo un cielo despejado.

La economía china registró un crecimiento del 5% en 2024, superando ligeramente la estimación del 4,9% gracias a una ofensiva de estímulos económicos de Pekín y exportaciones sólidas. Según la Oficina Nacional de Estadísticas de China, las medidas tomadas en el último trimestre del año pasado fueron clave para este logro. Sin embargo, los aranceles amenazados por el presidente electo Donald Trump podrían diezmar su comercio exterior, uno de los motores más importantes de crecimiento.

El comercio global, que impulsó un superávit comercial récord en 2024, podría enfrentar serios contratiempos. Los aranceles estadounidenses del 60% sobre productos chinos, anunciados por Trump, sumados a las posibles restricciones de otros socios comerciales, como la Unión Europea, representan riesgos significativos para la economía del país asiático. Esto podría afectar la competitividad de las exportaciones chinas y generar tensiones en el mercado global.

Internamente, el panorama es mixto. Mientras que las ventas minoristas crecieron un 3,8% en el último trimestre de 2024, alcanzando su ritmo más rápido desde 2020, la inversión inmobiliaria se contrajo un 10,6%, marcando su peor desempeño desde 1987. A pesar de ello, el consumo interno mostró señales de recuperación, apoyado por subsidios gubernamentales en la compra de bienes como electrodomésticos y automóviles.

La producción industrial también presentó un desempeño destacado, con un aumento del 6,2% en diciembre, el ritmo más rápido desde abril. Este repunte se debió principalmente al gasto en manufactura e infraestructura, compensando las pérdidas generadas por la caída en el sector inmobiliario. Sin embargo, la inversión en activos fijos creció solo un 3,2%, ligeramente por debajo de las proyecciones.

El crecimiento nominal del PIB fue del 4,2%, su nivel más bajo desde 2020, reflejando el impacto de la deflación persistente en la economía. Durante dos años consecutivos, los precios en toda la economía china han disminuido, lo que afecta los márgenes de ganancia de los exportadores y las ganancias nominales de las empresas.

La población china también registró una disminución, con una caída de 1,4 millones en 2024. A pesar de un leve aumento en los nacimientos, el envejecimiento poblacional y la disminución del número de jóvenes representan un desafío a largo plazo para el crecimiento económico del país.

Frente a estos desafíos, Pekín ha prometido una mayor flexibilización monetaria y un aumento del gasto público para 2025, priorizando el consumo interno como pilar clave de la economía. Las autoridades han señalado que fortalecerán el programa de estímulos para apoyar tanto a los consumidores como a los productores en el mercado interno.

Aunque la economía de China se encuentra en una posición relativamente sólida, la incertidumbre global generada por las tensiones comerciales y la fragilidad de algunos sectores internos subraya la necesidad de adaptarse a un entorno económico cada vez más desafiante. Los próximos meses serán cruciales para determinar si el país puede mantener su impulso económico o si las presiones externas frenarán su recuperación.