Un sorprendente descubrimiento en la República Dominicana ha revelado que el Caribe fue hogar de grandes depredadores terrestres mucho después de su desaparición en otros lugares. Investigadores hallaron restos fósiles de sebécidos, reptiles terrestres parecidos a cocodrilos pero de complexión esbelta, que alcanzaban hasta 6 metros de largo.
Estos animales, parientes extintos de los cocodrilos modernos, dominaban los ecosistemas sudamericanos tras la extinción de los dinosaurios. El hallazgo, publicado en las Actas de la Royal Society B, se basa en el análisis de dientes y vértebras fosilizadas descubiertos en República Dominicana, Cuba y Puerto Rico.
Durante décadas, fósiles aislados de dientes desconcertaron a los científicos, quienes no esperaban encontrar carnívoros terrestres de gran tamaño en el Caribe. La evidencia más reciente sugiere que los sebécidos lograron sobrevivir en las islas al menos 5 millones de años más que en el continente.
La presencia de estos reptiles respalda la teoría de GAARlandia, que plantea la existencia de puentes terrestres o cadenas de islas que conectaron Sudamérica con el Caribe, permitiendo la migración de animales terrestres.
Los sebécidos no eran simples reptiles: poseían patas largas y ágiles, corrían tras sus presas como dinosaurios carnívoros, y su armadura de placas óseas los protegía de ataques. Esta combinación de rasgos los convirtió en depredadores ápice tras la desaparición de los dinosaurios.
El hallazgo también destaca la importancia de las islas como "museos de biodiversidad", refugios de especies que desaparecieron en tierra firme. En ausencia de los sebécidos, aves, serpientes y pequeños cocodrilos ocuparon su lugar en el ecosistema caribeño actual.
Los investigadores advierten que la búsqueda de fósiles antiguos en el Caribe enfrenta enormes desafíos debido al clima húmedo, la erosión y la densa vegetación. Sin embargo, el renovado interés paleontológico en la región está permitiendo descubrir cada vez más piezas faltantes de su historia evolutiva.
“El descubrimiento del sebécido es solo la punta del iceberg”, señaló Lázaro Viñola-López, autor principal del estudio, quien augura que el Caribe aún guarda muchos secretos fósiles por revelar.
Referencias: Actas de la Royal Society B - DOI: 10.1098/rspb.2024.2891