El lago Okeechobee, el mayor lago de agua dulce en Florida, es una pieza clave en el sistema hídrico del estado. Su vasta extensión y escasa profundidad lo convierten en un entorno ideal para ciertas especies de algas, especialmente las cianobacterias, que han generado preocupación por sus efectos nocivos en el ecosistema y la salud humana. Un reciente estudio liderado por investigadores de la Universidad Atlántica de Florida (FAU) aporta nueva luz sobre la dinámica diaria de estas floraciones.
Las cianobacterias, en particular Microcystis aeruginosa, pueden producir toxinas peligrosas y proliferan en aguas cálidas y ricas en nutrientes. El nuevo estudio publicado en la revista Ecological Modelling aplicó un modelo físico-biogeoquímico para rastrear el movimiento vertical diario de estas algas. El hallazgo central: estas células ascienden cada mañana en busca de luz y descienden por la noche, un comportamiento que se entrelaza con las corrientes y el viento para determinar la extensión de las floraciones.
El equipo de FAU Harbor Branch, junto a la Universidad del Sur de Florida, analizó cómo las condiciones del viento y la mezcla vertical de aguas afectan la distribución de las cianobacterias. Los vientos del sur o sureste empujan las algas superficiales hacia las regiones norte y noroeste del lago, creando franjas densas de menos de dos kilómetros de ancho que se acumulan a lo largo de las costas. Esta acumulación tiende a alcanzar su punto máximo entre la mañana y el mediodía, reduciéndose en las horas de la tarde.

Uno de los logros del modelo fue demostrar que, aunque el viento tiene un papel, son los procesos verticales —como la migración y la mezcla— los que determinan los patrones diarios de floración. En días cálidos con poco viento, las floraciones son más intensas, mientras que los vientos fuertes tienden a dispersar las células, limitando su acceso a la luz y reduciendo su proliferación.
El estudio validó sus conclusiones mediante una combinación de técnicas: recolección de muestras en superficie y fondo, monitoreo continuo con sensores, y análisis de imágenes satelitales. Estas herramientas confirmaron que las zonas centrales del lago albergan floraciones generalizadas al mediodía, mientras que las franjas más intensas se ubican a lo largo de las costas norte y noroeste.
Además de su aporte metodológico, la investigación tiene implicaciones clave para la gestión ambiental. Comprender cómo el ascenso y descenso diario de las cianobacterias influye en su crecimiento permite afinar las estrategias de monitoreo y predicción. Esto es vital, ya que el lago Okeechobee está conectado a los Everglades y otros cuerpos de agua mediante canales, y sus floraciones pueden afectar la calidad hídrica de zonas mucho más amplias.

Los autores destacan que aún se necesita más investigación para comprender fenómenos biológicos como la formación de colonias y la senescencia de las algas. La recopilación de datos de campo adicionales será esencial para afinar los modelos existentes y anticipar con mayor precisión las floraciones, que en el contexto del cambio climático podrían volverse más frecuentes e intensas.
Este estudio, apoyado por el Departamento de Protección Ambiental de Florida, la NASA y la EPA, representa un avance significativo en el entendimiento de las floraciones algales nocivas. Al revelar la interacción entre procesos físicos y biológicos, ofrece nuevas herramientas para preservar la salud ecológica del lago Okeechobee y sus áreas de influencia.
Referencias: ScienceDirect