Publicado: 12 abr. 2025
Estos 6 animales extintos podrían volver a caminar entre nosotros
La desextinción ya no es ciencia ficción: científicos trabajan para revivir especies como el mamut lanudo, el dodo y el tilacino usando biotecnología de vanguardia
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Autor - Aldo Venuta Rodríguez

La idea de devolver a la vida a especies extintas ha dejado de ser ciencia ficción. Gracias al ADN antiguo preservado y al auge de tecnologías como la edición genética y la clonación, varios proyectos internacionales están avanzando en la llamada desextinción. Empresas como Colossal Biosciences y organizaciones como Revive & Restore encabezan una carrera científica para revivir animales que desaparecieron por causas naturales o por acción humana.
Uno de los principales candidatos es el mamut lanudo (Mammuthus primigenius), extinto hace unos 4.000 años. El ADN bien conservado en el permafrost del Ártico ha permitido ensamblar secuencias genéticas completas, que podrían combinarse con óvulos de elefantes asiáticos para generar crías híbridas resistentes al frío. Colossal estima que los primeros nacimientos podrían ocurrir en 2028.

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Otro ejemplo emblemático es el dodo (Raphus cucullatus), un ave no voladora que habitaba en la isla de Mauricio y se extinguió en el siglo XVII por la caza y la introducción de especies invasoras. Científicos ya han reconstruido su genoma a partir de ejemplares conservados en museos. El objetivo es insertar partes de ese ADN en palomas modernas para recrear una versión funcional del dodo original.

El lobo de Tasmania o tilacino (Thylacinus cynocephalus) también está en la mira de los investigadores. Se extinguió en 1936 y se conserva ADN fragmentado en múltiples especímenes de museos. Gracias a la secuenciación del genoma completo y a recientes avances en ARN preservado, científicos australianos confían en producir un embrión funcional en los próximos años.

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La paloma migratoria (Ectopistes migratorius), extinguida en 1914, también podría renacer mediante una estrategia de inserción genética en palomas de cola anillada. El proyecto busca restaurar su función ecológica en los bosques del este de Norteamérica. Se espera que los primeros ejemplares híbridos nazcan en 2025.

A diferencia de otros casos, el uro (Bos primigenius) —ancestro salvaje del ganado moderno— podría ser recuperado mediante retrocruzamientos. Esta técnica selecciona vacas con rasgos genéticos similares al uro para reproducir características perdidas. El proyecto, liderado por la Fundación Taurus en Países Bajos, ya ha logrado varios ejemplares visualmente similares al original.

También avanza la recuperación de la quagga (Equus quagga quagga), una subespecie de cebra con rayas frontales. El Proyecto Quagga en Sudáfrica optó por cría selectiva en lugar de clonación, cruzando cebras con menos rayas hasta lograr descendientes con fenotipo casi idéntico al de la especie extinta en 1883.

En cuanto a los dinosaurios, los expertos coinciden: no hay ADN viable para su resurrección. Aunque la ciencia ha logrado hitos como la edición de 20 genes del lobo gris para emular al lobo gigante (Aenocyon dirus), traer de vuelta a criaturas del Jurásico sigue siendo una fantasía. Sin embargo, el nacimiento reciente de tres crías de lobo gigante editado genéticamente marca un antes y un después en la historia de la biotecnología.
La desextinción despierta tanto entusiasmo como inquietud. ¿Qué implicaciones ecológicas tendría reintroducir especies en ecosistemas actuales? ¿Y los dilemas éticos de traer de vuelta animales que desaparecieron por decisión o negligencia humana? A medida que la ciencia avanza, estas preguntas se vuelven urgentes.
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