El término "observador azul" se refiere a una estrella que, aunque parece normal a simple vista, esconde una historia evolutiva excepcional. Su color no destaca entre otras estrellas similares, lo que la convierte en un objeto "oculto" dentro de su cúmulo estelar.
Esta singularidad se debe a que el "observador azul" ha acelerado su rotación tras adquirir material de un compañero estelar. Mientras que una estrella típica como el Sol tarda 30 días en completar una rotación, este objeto lo hace en solo 4 días.
El "observador azul" tiene su origen en un sistema triple donde dos estrellas similares al Sol orbitaban juntas, mientras una tercera se mantenía en una órbita más amplia. Hace 500 millones de años, las dos estrellas internas se fusionaron, formando una gigante que transfirió parte de su masa al "observador azul".
Tras agotar su combustible, la gigante colapsó en una enana blanca, que actualmente es el compañero orbital del "observador azul". Esta enana blanca, con una temperatura de 23,000 grados Fahrenheit, es casi tres veces más caliente que el Sol.
El sistema triple que incluye al "observador azul" permite rastrear con detalle la evolución de sus componentes, destacando cómo las interacciones en sistemas múltiples pueden influir en la evolución estelar y en la formación de eventos cósmicos extremos.
Emily Leiner, investigadora principal, explica: "Los sistemas triples son comunes y generan resultados fascinantes, pero rastrear todas las etapas de su evolución sigue siendo un gran desafío".