La misión Blue Ghost 1 marcó un hito para Firefly Aerospace al lograr su primer aterrizaje lunar. La sonda se posó con éxito en la superficie a las 08:34 UTC en una zona cercana a Mons Latreille, dentro de la cuenca Mare Crisium. Esta entrega forma parte del programa Servicios de Carga Lunar Comercial (CLPS) de la NASA, diseñado para desarrollar infraestructura en la Luna en apoyo de futuras misiones tripuladas del programa Artemis.
Los instrumentos científicos y tecnológicos transportados por Blue Ghost funcionarán en la superficie lunar durante aproximadamente un día lunar, equivalente a 14 días terrestres. Entre ellos, se incluyen experimentos para probar la perforación del subsuelo lunar, analizar el comportamiento del polvo lunar y demostrar sistemas de navegación en el entorno espacial.

Desde su lanzamiento el 15 de enero desde el Centro Espacial Kennedy, la sonda recorrió más de 4,5 millones de kilómetros hasta su destino. Durante el trayecto, realizó importantes pruebas científicas, incluyendo la detección de señales del Sistema Global de Navegación por Satélite (GNSS) a una distancia récord de 395.000 kilómetros. Este experimento demostró que la tecnología de posicionamiento global utilizada en la Tierra también puede operar en la Luna.
Además, Blue Ghost transportó el Sistema Informático Tolerante a la Radiación para evaluar la resistencia de los sistemas electrónicos a las condiciones espaciales. También se realizaron mediciones de los cambios en el campo magnético lunar con la carga útil de la Sonda Magnetotelúrica Lunar, proporcionando información clave para futuras exploraciones.
Durante la misión, los científicos intentarán capturar imágenes de la puesta del sol lunar y analizar cómo el polvo lunar responde a la radiación solar. Este fenómeno fue documentado por primera vez por el astronauta Eugene Cernan en la misión Apolo 17 y es crucial para comprender los desafíos de futuras misiones tripuladas a la Luna y Marte.
Firefly Aerospace se convierte así en la última empresa en unirse al programa CLPS de la NASA, que ya ha adjudicado 11 misiones a cinco proveedores diferentes. Estos contratos, con un valor total de hasta 2600 millones de dólares hasta 2028, buscan establecer una presencia sostenible en la Luna mediante la entrega de más de 50 instrumentos científicos y tecnológicos en distintas regiones, incluyendo el Polo Sur lunar.