Un robot inspirado en una ardilla que puede saltar de una extremidad a otra con precisión y estabilidad

La robótica ha avanzado significativamente, pero los entornos complejos siguen siendo un desafío. Investigadores han desarrollado un robot basado en la biomecánica de las ardillas, logrando saltos precisos y aterrizajes estables en ramas. ¿Cómo impactará esto en la exploración y el rescate en terrenos extremos?

Autor - Aldo Venuta Rodríguez

3 min lectura

Una ardilla saltando entre ramas y el robot Salto replicando el movimiento basado en estudios biomecánicos.
Foto superior: Una ardilla en libertad salta con un instrumento para medir la fuerza. Foto inferior: El robot Salto, diseñado para imitar los saltos de las ardillas, es probado en un entorno controlado. (Crédito: Sebastian Lee y Justin Yim).

El desarrollo de robots inspirados en la naturaleza ha permitido avances en movilidad, adaptabilidad y eficiencia. Un equipo de la Universidad de California, Berkeley, ha diseñado un robot basado en la biomecánica de las ardillas, capaz de saltar y aterrizar con precisión en superficies estrechas. Este avance abre nuevas posibilidades para la exploración de terrenos irregulares y operaciones de rescate en entornos complejos.

Los robots convencionales pueden caminar, volar o deslizarse, pero pocos tienen la agilidad de los animales que se desplazan entre obstáculos naturales. Las ardillas, por ejemplo, pueden evaluar distancias, calcular fuerzas de impacto y ajustar su postura en el aire para aterrizar con precisión en ramas delgadas. Aplicar estas estrategias a la robótica podría mejorar la capacidad de navegación en escenarios de alto riesgo.

El equipo de UC Berkeley estudió el comportamiento de las ardillas al saltar y aterrizar. A partir de estos datos, los ingenieros modificaron un robot llamado Salto, diseñado originalmente para saltos en superficies planas, para que pudiera aterrizar en varillas estrechas. El robot fue equipado con mecanismos de ajuste dinámico, permitiéndole absorber el impacto y estabilizarse tras cada salto.

Este desarrollo tiene aplicaciones potenciales en misiones de rescate en estructuras colapsadas, exploración en entornos naturales de difícil acceso y hasta misiones espaciales. La NASA ya está explorando el uso de robots similares en misiones a Encélado, una luna de Saturno donde la baja gravedad permitiría saltos de grandes distancias.

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El diseño de Salto incorpora una rueda de reacción interna que ayuda a controlar el equilibrio, similar a cómo las ardillas ajustan su postura en el aire. Además, los investigadores descubrieron que estos animales utilizan sus patas delanteras para absorber el impacto del aterrizaje, minimizando la tensión en sus cuerpos. Este principio fue replicado en el robot para mejorar su estabilidad.

Uno de los mayores desafíos en la robótica es diseñar sistemas que puedan adaptarse a diferentes superficies sin perder estabilidad. El enfoque biomimético no solo mejora la eficiencia de los robots, sino que también permite soluciones innovadoras para problemas de movilidad en terrenos irregulares. Al aplicar estos principios a la ingeniería, se están desarrollando robots más versátiles y capaces.

Los próximos pasos en esta investigación incluyen la mejora del agarre del robot y el desarrollo de algoritmos más avanzados para la toma de decisiones en tiempo real. A medida que la biomimética avanza, es posible que veamos robots inspirados en otros animales, optimizando su rendimiento en entornos donde la robótica tradicional aún tiene limitaciones.

La combinación de biología y robótica ha demostrado ser una estrategia efectiva para superar desafíos en la movilidad de los robots. Este desarrollo podría marcar un antes y un después en la exploración de entornos extremos, llevando la ingeniería robótica a nuevos niveles de precisión y adaptabilidad.

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