18 Feb 2025 - 16:05 UTC
Solar Orbiter se prepara para su sobrevuelo más cercano a Venus
La nave Solar Orbiter de la Agencia Espacial Europea (ESA), en colaboración con la NASA, está lista para realizar su sobrevuelo más cercano a Venus hasta la fecha. Este encuentro permitirá modificar su órbita y mejorar la observación de los polos solares, una región del Sol que no puede verse desde la Tierra. El sobrevuelo, que se producirá el 18 de febrero de 2025, es clave para estudiar la actividad solar y su impacto en el clima espacial.
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
Desde su lanzamiento en 2020, Solar Orbiter ha realizado varias asistencias gravitatorias en la Tierra y Venus para reducir gradualmente su órbita y acercarse más al Sol. Sin embargo, nunca antes se había acercado tanto a un planeta como lo hará en esta ocasión. A las 21:48 CET, la nave pasará a solo 379 km de Venus, una distancia incluso menor que la altitud promedio de la Estación Espacial Internacional sobre la Tierra, que es de 408 km.
El propósito principal de este sobrevuelo es inclinar significativamente la órbita de Solar Orbiter con respecto al plano en el que giran los planetas del Sistema Solar. "Al utilizar la gravedad de Venus, podemos cambiar la inclinación orbital de la nave sin gastar demasiado combustible", explica Julia Schwartz, experta en dinámica de vuelo de la ESA. "Esto permitirá que Solar Orbiter tenga una mejor vista de las regiones polares del Sol, las cuales son clave para comprender la actividad solar y el clima espacial."
La importancia de estudiar los polos solares radica en su influencia en el ciclo de actividad del Sol. Las regiones polares desempeñan un papel fundamental en la generación del campo magnético solar, que a su vez impacta en la radiación y las tormentas solares que pueden afectar a la Tierra. Al obtener imágenes detalladas de estas zonas, los científicos podrán refinar sus modelos sobre la dinámica solar y mejorar la predicción de eventos como eyecciones de masa coronal y tormentas geomagnéticas.
Aunque el sobrevuelo ha sido cuidadosamente planificado, supone un desafío para el equipo de operaciones de la ESA en Alemania. Se han realizado ajustes de trayectoria antes y después del encuentro para garantizar que la nave pase lo suficientemente cerca de Venus sin entrar en su atmósfera y sin sufrir arrastre. Además, el equipo ha llevado a cabo simulaciones para prever el aumento de temperatura que sufrirá Solar Orbiter debido a la radiación térmica emitida por el planeta.
Durante el sobrevuelo, Solar Orbiter mantendrá su escudo térmico orientado hacia el Sol para proteger sus instrumentos. Esto significa que no podrá tomar imágenes de Venus, pero sí podrá recolectar datos científicos de su entorno. A diferencia de la Tierra, Venus no posee un campo magnético global, pero su ionosfera interactúa con el viento solar de maneras únicas. Los sensores de magnetometría y ondas de plasma de la nave estarán activos para estudiar estos efectos y contribuir a la investigación sobre cómo el viento solar afecta las atmósferas planetarias.
Además de Solar Orbiter, Venus será visitado este año por otra misión de la ESA: la sonda Juice, cuyo destino final es Júpiter y sus lunas heladas. Juice realizará un sobrevuelo en agosto, solo 194 días después del paso de Solar Orbiter. Estos encuentros resaltan la importancia de Venus como punto de apoyo para misiones interplanetarias.
A largo plazo, la ESA planea regresar a Venus con la misión EnVision, programada para lanzarse en la década de 2030. EnVision proporcionará una visión detallada del planeta, desde su núcleo interno hasta su atmósfera superior, con el objetivo de comprender por qué Venus y la Tierra, a pesar de sus similitudes iniciales, evolucionaron de manera tan diferente.
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