Un fenómeno atmosférico poco común se registró el pasado Domingo de Pascua en las cercanías de Casa Grande, Arizona. Un remolino de polvo de gran tamaño se alzó sobre el desierto bajo cielos completamente despejados, alcanzando velocidades estimadas de hasta 129 km/h. El evento fue grabado por Amy Lujan, una residente local que logró capturar la sorprendente columna de polvo que se formó cerca de la interestatal 10, al sur de Phoenix.
Aunque los remolinos de polvo son comunes en regiones áridas, la magnitud y fuerza del registrado el domingo llamó la atención de meteorólogos y expertos. “Podría confundirse con un tornado”, comentó el climatólogo Matthew Cappucci. “Su intensidad y la claridad del cielo lo hacen especialmente llamativo”.
El fenómeno se produjo en condiciones típicas de formación: calentamiento solar intenso, atmósfera seca y una distribución térmica uniforme cerca de la superficie. Las temperaturas llegaron a 29 °C en el aeropuerto internacional de Phoenix justo cuando ocurrió el remolino, favoreciendo la convección térmica ascendente.
Los remolinos de polvo, conocidos también como “dust devils”, se forman cuando una bolsa de aire cerca del suelo se calienta rápidamente, generando un movimiento vertical y giratorio. Al estirarse esta rotación, como lo haría un patinador al juntar los brazos, se intensifica hasta crear una columna visible de aire y polvo en espiral.
Aunque normalmente no causan daños severos, los más intensos pueden arrastrar objetos ligeros, causar molestias y dañar estructuras pequeñas. En este caso, las velocidades rozaron la categoría más baja de los tornados según la escala Fujita.
Expertos explican que este tipo de fenómenos no requieren tormentas para desarrollarse. A veces, el terreno desigual o un obstáculo, como un edificio o camión, puede canalizar el aire, intensificando la rotación superficial. Incluso pueden derivar en una “landspout”, un tornado débil alimentado por una nube en crecimiento sobre el remolino.
Este evento destaca la importancia de monitorear el clima local y documentar visualmente fenómenos inusuales. Gracias a la rápida reacción de testigos como Amy Lujan, estos sucesos pueden analizarse con mayor detalle, aportando información valiosa para la meteorología moderna.
Los remolinos de polvo, aunque a menudo ignorados por su naturaleza efímera, revelan los complejos mecanismos atmosféricos que operan incluso en días aparentemente tranquilos. Su estudio ayuda a entender mejor la dinámica del clima en regiones áridas como el suroeste de Estados Unidos.
Referencias: The Washington Post