Un asteroide podría impactar la Tierra en 2032 según cálculos de la NASA y es clasificado como potencialmente peligroso
El asteroide 2024 YR4 ha captado la atención de la comunidad científica al alcanzar una probabilidad de impacto del 1,2% con la Tierra el 22 de diciembre de 2032. Esta estimación lo ha colocado en el nivel 3 de la escala de Turín, lo que lo convierte en el único objeto cercano a la Tierra con una clasificación superior a cero en la actualidad.
Autor - Aldo Venuta Rodríguez
2 min lectura
Detectado por el Sistema de Última Alerta de Impacto Terrestre de Asteroides (ATLAS) el 27 de diciembre de 2024, el asteroide 2024 YR4 tiene un diámetro de aproximadamente 60 metros y actualmente se encuentra a unos 43 millones de kilómetros de la Tierra. Aunque en estos momentos se está alejando, su próximo acercamiento significativo ocurrirá en diciembre de 2028, lo que permitirá a los astrónomos obtener datos más precisos sobre su trayectoria.
Según los cálculos actuales, el asteroide pasará a una distancia mínima de 106.200 kilómetros de nuestro planeta. Si bien esto es relativamente cerca en términos astronómicos, la incertidumbre sobre su órbita aún deja margen para posibles variaciones. El Centro de Estudios de Objetos Cercanos a la Tierra del Laboratorio de Propulsión a Chorro de la NASA advierte que las probabilidades de impacto pueden ser inexactas y estar sujetas a cambios con nuevas observaciones.
La escala de Turín, utilizada para evaluar la peligrosidad de los asteroides, clasifica los objetos en niveles del 0 al 10. Mientras que un nivel 0 indica una nula posibilidad de impacto, un nivel 10 representaría una colisión capaz de causar una catástrofe global. Actualmente, el asteroide 2024 YR4 se encuentra en el nivel 3, lo que significa que representa una amenaza potencialmente significativa y merece un seguimiento continuo.
A lo largo de la historia, varios asteroides han generado preocupación. Un caso emblemático es el de 99942 Apophis, que en su momento alcanzó el nivel 4 en la escala de Turín con una probabilidad del 1,6% de impacto en 2029. Sin embargo, después de múltiples observaciones, su riesgo fue descartado. Los científicos esperan que con nuevas mediciones, el 2024 YR4 también sea reclasificado con un nivel de riesgo menor.
Por ahora, la incertidumbre sigue presente y la comunidad astronómica mantiene una vigilancia constante sobre este objeto. En los próximos años, con un análisis más preciso de su trayectoria, se podrá determinar si realmente representa una amenaza para la Tierra o si, al igual que otros asteroides en el pasado, su riesgo de impacto se reducirá con el tiempo.
Continúa informándote
Nuevas pistas revelan cómo los Júpiter calientes migraron hasta órbitas extremas
Nuevas observaciones astronómicas aportan evidencias clave sobre cómo los Júpiter calientes se desplazaron desde regiones lejanas hasta órbitas extremas muy cerca de sus estrellas
La sonda Parker de la NASA logra el primer mapa continuo del límite exterior del Sol
La sonda Parker de la NASA ha creado el primer mapa continuo del límite exterior del Sol una frontera clave donde nace el viento solar y cambia con el ciclo solar
Astrónomos obtienen la primera imagen directa de un planeta que orbita dos estrellas
Astrónomos logran la primera imagen directa de un exoplaneta que orbita dos estrellas, un hallazgo clave para entender cómo se forman planetas en sistemas binarios
Estudio sugiere que las primeras estrellas del universo pudieron ser gigantes y muy diferentes a las actuales
Un nuevo estudio basado en datos del telescopio James Webb sugiere que las primeras estrellas del universo fueron enormes, extremas y clave en la evolución temprana del cosmos
La NASA publica un informe que fija los objetivos científicos para misiones humanas a Marte
La NASA publicó un informe que define los objetivos científicos clave para las primeras misiones humanas a Marte y las prioridades que guiarán la exploración del planeta rojo
Descubren señales claras de atmósfera en un exoplaneta cubierto por magma
Observaciones del telescopio James Webb revelan señales claras de atmósfera en un exoplaneta rocoso cubierto por magma, desafiando teorías sobre mundos extremos