Desde 1970, las actividades humanas han impulsado una pérdida masiva de especies en todo el mundo. La deforestación, la sobreexplotación de recursos, el cambio climático y la contaminación han sido los principales culpables, según el informe. Este colapso afecta a mamíferos, aves, peces, anfibios y reptiles, poniendo en riesgo no solo la biodiversidad, sino también los servicios ecosistémicos esenciales para la humanidad.
"Estamos viendo un declive sin precedentes en la biodiversidad global. Esto no solo es una tragedia para las especies que desaparecen, sino que también representa una amenaza directa para nuestra seguridad alimentaria, el agua limpia y el clima estable", afirma un portavoz de WWF.
El informe señala que la conversión de hábitats naturales para la agricultura y el desarrollo urbano es el mayor impulsor de esta pérdida. En regiones como el Amazonas, se han talado vastas áreas de selva tropical para crear pastizales y plantaciones. Esto no solo destruye el hogar de millones de especies, sino que también libera grandes cantidades de dióxido de carbono, contribuyendo al cambio climático.
Otro factor importante es el cambio climático, que está alterando los ecosistemas a un ritmo acelerado. El aumento de las temperaturas, los cambios en los patrones de precipitación y el derretimiento de los glaciares están afectando los ciclos de vida de muchas especies. Por ejemplo, los osos polares enfrentan la reducción de su hábitat debido al derretimiento del hielo marino en el Ártico.
El informe también destaca el impacto de la contaminación. Los desechos plásticos, los productos químicos y otros contaminantes están dañando los ecosistemas terrestres y acuáticos. Los microplásticos, por ejemplo, han sido encontrados en organismos marinos desde el plancton hasta los grandes mamíferos marinos, afectando su salud y reproducción.
Para abordar esta crisis, WWF propone una serie de acciones urgentes. Estas incluyen la conservación y restauración de hábitats, la adopción de políticas sostenibles en agricultura y pesca, y la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero. También se enfatiza la necesidad de aumentar la conciencia global sobre la importancia de la biodiversidad y fomentar un consumo más responsable.
"Estamos en un punto de inflexión. Si no tomamos medidas ahora, perderemos no solo especies, sino también los ecosistemas que nos sustentan. La biodiversidad no es un lujo, es una necesidad", advierte WWF.
Este informe subraya la interconexión entre la biodiversidad y el bienestar humano. Proteger la biodiversidad no es solo salvar animales o plantas; es garantizar un planeta habitable para las generaciones futuras.