Los principales centros de investigación científica de España no registraron incidencias relevantes tras el apagón eléctrico del lunes, gracias a la activación de sus protocolos internos de emergencia y el uso de generadores eléctricos. Así lo confirmó el Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades en un comunicado posterior a una reunión encabezada por la ministra Diana Morant.
“Estamos trabajando de la mano con universidades, centros de investigación e infraestructuras científicas para garantizar la continuidad de su actividad”, señaló la ministra a través de redes sociales. Desde el ministerio agradecieron también el esfuerzo del personal técnico y científico, que permitió restablecer la normalidad en menos de 24 horas.
Desde el Centro Nacional de Investigaciones Cardiovasculares (CNIC) en Madrid informaron que los generadores garantizaron la continuidad de los sistemas críticos, incluyendo la refrigeración y la infraestructura informática. “Tuvimos acceso a internet, a la red interna y a todos los servicios digitales sin interrupciones”, destacaron.
El Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), por su parte, mantuvo activo su Grupo de Asesoramiento en Desastres y Emergencias desde el inicio del apagón. La Unidad Militar de Emergencias suministró 2.200 litros de combustible a sus instalaciones, que hasta el momento no presentan daños relevantes.
En Sevilla, el Centro Andaluz de Biología del Desarrollo (CABD) activó sus generadores y priorizó la conservación de muestras biológicas. “La pérdida de la cadena de frío pondría en riesgo décadas de investigación”, advirtió su director Peter Askjaer. Desde el centro abogan por reforzar sistemas de respaldo y comunicación de cara a futuras contingencias.
En el Centro de Regulación Genómica (CRG) de Barcelona, se activaron líneas eléctricas preferentes para equipos críticos y se desplegó personal técnico para vigilar espacios sensibles. También se instruyó al personal científico a no abrir las cámaras frigoríficas y se comprobó que no hubiese personas atrapadas en ascensores o zonas sin ventilación.
El Instituto de Salud Carlos III operó con generadores de 8 horas de autonomía y depósitos de gasóleo. No se registraron variaciones significativas en la temperatura de los laboratorios, incluyendo su laboratorio de bioseguridad de nivel 3.
En el CIEMAT (Centro de Investigaciones Energéticas, Medioambientales y Tecnológicas), el plan de emergencia se activó y las instalaciones radiactivas se colocaron en parada segura. Las muestras biológicas y el animalario no sufrieron alteraciones, según fuentes oficiales.
El Instituto de Astrofísica de Canarias también funcionó con normalidad, aunque experimentó una breve pérdida de conexión con la Península, ya restablecida. Otros centros insulares como la Plataforma Oceánica de Canarias y el Sistema de Observación Costero de Illes Balears tampoco reportaron incidencias gracias a su ubicación estratégica.
El superordenador MareNostrum 5 del Barcelona Supercomputing Center siguió funcionando sin problemas. En el Sincrotrón ALBA, se apagaron todos los sistemas no esenciales, mientras que los prioritarios se mantuvieron operativos gracias a los generadores.

El Centro Nacional del Hidrógeno de Puertollano completó una parada segura gracias a sus sistemas de emergencia. Mientras tanto, el CNIO (Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas) confirmó normalidad plena en sus instalaciones, protegidas también por generadores que conservaron muestras sensibles y garantizaron condiciones óptimas para los animales de laboratorio.
Finalmente, la RedIris —la red académica nacional que conecta centros científicos y universitarios— se mantuvo operativa durante todo el apagón, asegurando la continuidad de los servicios de comunicación avanzada para la comunidad investigadora.
Referencia: SINC