19 Feb 2025 - 17:54 UTC

Descubren evidencia de agua salada en el asteroide Ryugu

La exploración del asteroide Ryugu ha revelado un descubrimiento clave sobre la evolución del agua en el Sistema Solar. Un reciente estudio, publicado en Nature Astronomy, confirma la presencia de rastros de carbonatos de sodio, halita y sulfatos en las muestras obtenidas por la sonda japonesa Hayabusa2. Estos hallazgos sugieren que, en el pasado, el cuerpo progenitor de Ryugu contuvo agua líquida salina, lo que refuerza la teoría de que los asteroides primitivos pudieron haber transportado agua a la Tierra y otros planetas.

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Aldo Venuta Rodríguez - Editor Iceebook
Imagen microscópica que muestra depósitos de carbonatos de sodio en una muestra del asteroide Ryugu, evidencia de la presencia de agua líquida salada en el pasado.
Crédito: KyotoU/Toru Matsumoto

Ryugu, un asteroide de tipo C con aproximadamente 900 metros de diámetro, se encuentra en una órbita entre la Tierra y Marte. Sin embargo, los científicos creen que su origen se remonta a regiones más frías del Sistema Solar, donde los planetesimales ricos en hielo se formaron hace miles de millones de años. Las muestras analizadas muestran evidencias de que el agua salada fluyó por el interior del cuerpo original del que Ryugu formó parte antes de fragmentarse.

El análisis detallado mediante técnicas de microscopía electrónica y difracción de rayos X ha permitido identificar depósitos minerales que solo pueden formarse en presencia de agua líquida altamente salina. Estos minerales, compuestos principalmente por carbonatos de sodio y cloruros, sugieren que el cuerpo original de Ryugu experimentó un período de alteración acuosa en su interior, impulsado por el calor radiactivo generado por la desintegración de isótopos como el aluminio-26.

“Este descubrimiento confirma que los asteroides primitivos no solo albergaron agua, sino que esta pudo haber tenido una composición química adecuada para el desarrollo de procesos geoquímicos esenciales”, explica Toru Matsumoto, investigador de la Universidad de Kioto y autor principal del estudio.

El hallazgo también tiene implicaciones más amplias en la astrobiología y la exploración planetaria. Se cree que cuerpos como el planeta enano Ceres y las lunas heladas de Júpiter y Saturno, como Europa y Encélado, podrían albergar océanos subterráneos alcalinos. La comparación de los minerales en Ryugu con los detectados en estos cuerpos puede proporcionar información clave sobre la evolución del agua en el Sistema Solar y la posibilidad de vida más allá de la Tierra.

La sonda Hayabusa2, operada por la Agencia de Exploración Aeroespacial de Japón (JAXA), recolectó muestras de Ryugu en 2019 y las trajo a la Tierra en diciembre de 2020. Desde entonces, los científicos han estado analizando estos fragmentos con tecnologías avanzadas para comprender su composición química y su historia geológica. Estos nuevos resultados abren una ventana al pasado del Sistema Solar y refuerzan la idea de que el agua no es exclusiva de los planetas, sino que también puede encontrarse en pequeños cuerpos celestes que actúan como archivos naturales de su evolución.