21 Feb 2025 - 14:23 UTC
El James Webb detecta un misterioso espectáculo cósmico en el corazón de la Vía Láctea
El telescopio espacial James Webb ha logrado capturar un fenómeno sin precedentes en el centro de la Vía Láctea. Se trata de un asombroso espectáculo de luces protagonizado por el agujero negro supermasivo Sagittarius A*, que incluye destellos brillantes, flares diarios y variaciones energéticas impredecibles. Estas observaciones podrían ofrecer pistas clave para entender el funcionamiento interno de los agujeros negros y su influencia en la evolución de las galaxias.
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
La observación de estos fenómenos en Sagittarius A* representa un avance fundamental en la astronomía moderna. Por primera vez, los investigadores pudieron analizar cómo el agujero negro central de la Vía Láctea emite una serie continua de destellos de diferentes intensidades, en lo que podría considerarse un auténtico espectáculo de fuegos artificiales cósmicos. Estos destellos, que pueden durar desde unos pocos segundos hasta varias horas, surgen del disco de acreción, una estructura formada por gas y polvo que gira alrededor del agujero negro antes de ser absorbido por él.
Lo que hace especialmente fascinante este descubrimiento es la velocidad con la que se producen los cambios de brillo. El telescopio James Webb detectó que estos destellos ocurren en escalas de tiempo increíblemente cortas, lo que indica que provienen de una región muy cercana al horizonte de sucesos del agujero negro. Esto supone un reto para los astrofísicos, ya que los procesos físicos en estas zonas son extremos y difíciles de modelar. Los datos sugieren que la actividad del agujero negro es mucho más dinámica y constante de lo que se creía anteriormente.
El equipo de investigación, liderado por el astrofísico Farhad Yusef-Zadeh, utilizó la cámara de infrarrojo cercano (NIRCam) del telescopio James Webb para observar Sagittarius A* durante un total de 48 horas, divididas en sesiones de entre 8 y 10 horas a lo largo de un año. Esta estrategia permitió rastrear cómo cambiaba el agujero negro con el tiempo y reveló una actividad mucho más intensa de lo esperado. El disco de acreción generó entre cinco y seis grandes flares por día, además de numerosos destellos menores entre ellos. Esta constante actividad plantea nuevas preguntas sobre los mecanismos que alimentan a los agujeros negros.
Uno de los aspectos más intrigantes de las observaciones es la aparente aleatoriedad en el patrón de los destellos. Aunque los científicos esperaban ver cierta regularidad, cada sesión de observación ofreció una combinación única de destellos y flares. Esta falta de un patrón definido sugiere que múltiples procesos están ocurriendo simultáneamente alrededor del agujero negro. Los destellos más pequeños podrían ser provocados por fluctuaciones turbulentas en el disco de acreción, donde el plasma —un gas caliente y cargado eléctricamente— se comprime y libera energía temporalmente. Este proceso se asemeja a las erupciones solares, aunque a una escala mucho más intensa.
Por otro lado, los destellos más brillantes parecen estar relacionados con eventos de reconexión magnética. Estos eventos ocurren cuando dos campos magnéticos colisionan y liberan una enorme cantidad de energía en forma de partículas aceleradas. Estas partículas, al viajar a velocidades cercanas a la de la luz, emiten destellos brillantes que pueden observarse a lo largo de toda la galaxia. Según Yusef-Zadeh, este proceso es comparable a una chispa de electricidad estática, pero a una escala cósmica. La comprensión de estos eventos podría proporcionar información crucial sobre los procesos energéticos en los entornos extremos de los agujeros negros.
Otro hallazgo significativo fue la detección de un desfase temporal en el brillo de los destellos cuando se observaron a diferentes longitudes de onda. Los investigadores descubrieron que los eventos observados en longitudes de onda más cortas cambiaban de brillo antes que los observados en longitudes más largas, con un desfase de apenas unos segundos hasta 40 segundos. Esta observación sugiere que las partículas pierden energía a diferentes ritmos, lo que podría estar relacionado con su interacción con los campos magnéticos que rodean al agujero negro. Este tipo de información es esencial para refinar los modelos teóricos sobre el comportamiento de los agujeros negros.
Los científicos esperan que futuras observaciones prolongadas, de hasta 24 horas ininterrumpidas, proporcionen aún más detalles sobre estos fenómenos. Observar durante periodos más largos permitiría reducir el ruido en los datos y podría revelar patrones de comportamiento que hasta ahora han permanecido ocultos. Comprender estos procesos no solo ayudaría a explicar la naturaleza de los agujeros negros, sino que también podría arrojar luz sobre el papel que desempeñan en la formación y evolución de las galaxias.
El telescopio James Webb continúa posicionándose como una herramienta fundamental para la exploración del universo. Gracias a su avanzada tecnología, es posible obtener datos que antes eran inalcanzables. Este reciente hallazgo sobre el comportamiento del agujero negro central de la Vía Láctea representa un paso importante en el camino hacia la comprensión de los misterios cósmicos que aún rodean a estos fascinantes objetos. Cada destello captado es una ventana al pasado del universo y una oportunidad para descubrir los secretos del cosmos.
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