Un equipo internacional de geocientíficos ha logrado un hito en la monitorización volcánica al emplear tecnología de fibra óptica para registrar el movimiento del magma en el subsuelo islandés. Liderado por Jiaxuan Li, del Instituto de Tecnología de California (Caltech), el grupo utilizó un cable de 100 kilómetros con capacidad de detección acústica distribuida (DAS) para transformar la red de telecomunicaciones en una vasta matriz de sensores sísmicos.

La investigación, publicada en la revista Science, documenta con gran precisión nueve eventos de intrusión magmática en el sistema volcánico de Svartsengi, en la península de Reykjanes, entre 2023 y 2024. De estos, seis terminaron en erupciones de fisura y tres se detuvieron antes de llegar a la superficie. Una de las erupciones más destructivas ocurrió el 14 de enero de 2024 cerca del municipio de Grindavík, donde la lava destruyó varias viviendas.
Gracias a la sensibilidad del sistema, los investigadores detectaron deformaciones del terreno que precedieron a cada erupción. Observaron que la tasa de crecimiento de los diques subterráneos alcanzaba su máximo entre 15 y 22 minutos antes del inicio del evento eruptivo, una ventana crucial para activar protocolos de alerta temprana.
La instalación en Keflavík permitió capturar datos con más de 10.000 canales simultáneos, ofreciendo una cobertura sin precedentes del comportamiento geológico en tiempo real. La tecnología DAS, al requerir poco procesamiento, resulta ideal para zonas de alta actividad volcánica como la península de Reykjanes, donde la población convive con un riesgo constante.
Desde el 27 de febrero de 2024, el equipo de Jiaxuan Li colabora con la Oficina Meteorológica de Islandia (IMO) en la implementación de un sistema de alerta temprana basado en estos sensores ópticos. La combinación de técnicas tradicionales —como los sismógrafos y GPS— con redes de fibra óptica podría mejorar significativamente la capacidad de anticipar erupciones y mitigar sus impactos.

Además del magma, el sistema permite rastrear desplazamientos de fallas y posibles deformaciones en laderas volcánicas, ampliando su aplicabilidad a escenarios de riesgo geológico más diversos. Esta integración de tecnología de telecomunicaciones y geofísica representa un avance estratégico para la seguridad civil en regiones volcánicas.
La península de Reykjanes, donde se ubica el sistema volcánico de Svartsengi, ha sido protagonista de una reactivación sísmica y volcánica desde 2020, con múltiples erupciones que han obligado a evacuar poblaciones y detener operaciones económicas. Con herramientas como la fibra óptica, el monitoreo se vuelve más detallado, rápido y eficaz.
Referencias: SINC