La exploración lunar ha dado un paso más con la misión IM-2 de Intuitive Machines, pero no sin dificultades. Aunque el módulo Athena logró aterrizar el 6 de marzo de 2025, su destino fue inesperado: quedó de lado dentro de un cráter, lo que limitó su operatividad.
Esta no es la primera vez que un módulo comercial sufre un vuelco en la Luna. En 2024, la sonda Odysseus de la misma compañía tuvo un problema similar debido a una pata rota tras impactar la superficie a mayor velocidad de la prevista. Esto plantea preguntas sobre la estabilidad de estos módulos y los desafíos técnicos que enfrentan.
Las razones detrás del vuelco de Athena
Según los datos preliminares, el módulo aterrizó a unos 250 metros de su zona objetivo en la región de Mons Mouton, un área montañosa con pendientes irregulares. La inclinación del terreno y la falta de un sistema de estabilidad al tocar la superficie parecen haber sido factores clave en el vuelco.
Una misión con logros científicos
A pesar del incidente, la misión no fue un fracaso total. Athena logró transmitir imágenes y datos científicos antes de perder energía. Entre su carga útil destacaban:
- Un sistema de comunicaciones 4G de Nokia.
- Un robot saltador experimental llamado Grace.
- El taladro PRIME-1 de la NASA, diseñado para buscar hielo lunar.
Estos experimentos forman parte de un esfuerzo más amplio por preparar la Luna para futuras misiones tripuladas. La presencia de hielo en el polo sur es clave para producir agua, oxígeno y combustible para cohetes en futuras bases lunares.
El impacto de este aterrizaje en la exploración lunar
La NASA y otras agencias espaciales han puesto su mirada en el polo sur lunar debido a su potencial para la exploración sostenible. Sin embargo, este incidente demuestra que la región sigue siendo un desafío para las misiones comerciales.
El director de tecnología de Intuitive Machines, Tim Crain, destacó que la inclinación del cráter y las condiciones de iluminación extrema fueron factores clave en el desenlace. "Nuestro sistema de navegación funcionó bien, pero las condiciones del terreno eran más complicadas de lo que esperábamos", explicó.
Los próximos pasos para Intuitive Machines
A pesar del vuelco, Intuitive Machines ha considerado la misión un éxito parcial y ya trabaja en mejorar sus sistemas de aterrizaje para la misión IM-3 en 2026. Además, la empresa ha asegurado un contrato de 117 millones de dólares con la NASA para una nueva misión en 2027, lo que indica que la exploración lunar comercial sigue en marcha.
El polo sur de la Luna es una de las regiones más prometedoras para la exploración espacial, pero incidentes como el de Athena muestran que aún queda mucho por perfeccionar en la tecnología de aterrizaje. Lograr un descenso seguro y operativo en estas áreas extremas será clave para el éxito de futuras misiones, tanto tripuladas como robóticas.