Una nueva investigación ha dado un paso crucial para entender cómo los pesticidas agrícolas, en especial los neonicotinoides, comprometen la salud de las colonias de abejas. Utilizando modelos computacionales avanzados e inteligencia artificial, un equipo multidisciplinario logró simular de forma precisa el impacto de estas sustancias sobre el comportamiento de las abejas recolectoras y la dinámica de toda la colmena.
Los científicos, liderados por Ming Wang desde el Departamento de Ciencia y Tecnología Ambiental, combinaron datos empíricos de campo con simulaciones mediante el software BEEHAVE, un modelo diseñado específicamente para analizar el efecto de múltiples estresores en la salud de las colonias. El estudio mostró que incluso exposiciones subletales a neonicotinoides pueden reducir significativamente la capacidad de las abejas para recolectar polen.

Durante los ensayos, se emplearon cámaras con visión artificial para monitorear el comportamiento de las abejas expuestas. Los resultados se cruzaron con técnicas de ecotoxicología tradicionales, confirmando que las abejas bajo exposición leve al pesticida realizaban menos viajes diarios para recolectar alimento, afectando directamente la nutrición y el desarrollo de la colonia.
“Nos sorprendió lo bien que se replicaron los datos de campo con el modelo. Es una herramienta poderosa para observar el efecto acumulativo que muchas veces pasa desapercibido en estudios convencionales”, declaró Silvio Knaebe, coautor del estudio. Las simulaciones también permitieron proyectar escenarios a largo plazo, mostrando que la exposición sostenida podría llevar a un colapso gradual de la población de abejas.
El modelo tiene como eje principal el comportamiento de recolección de polen, lo que lo convierte en un instrumento innovador para la evaluación de riesgos en ecosistemas agrícolas. Según los autores, podría incorporarse en el futuro a procesos regulatorios para validar la seguridad de agroquímicos antes de su aprobación comercial.

Los pesticidas neonicotinoides actúan sobre el sistema nervioso de los insectos y, aunque son eficaces contra plagas, afectan también a polinizadores clave como las abejas. Este estudio reafirma la necesidad urgente de revisar su uso extensivo en cultivos y fomentar prácticas agrícolas más sostenibles.
El equipo espera ampliar sus simulaciones a otros estresores ambientales como el cambio climático y la pérdida de hábitat, utilizando su plataforma de IA como núcleo de una futura red de monitoreo ecológico inteligente. La iniciativa cuenta con apoyo del gobierno alemán a través del Ministerio Federal de Alimentación y Agricultura.
Este trabajo marca un avance significativo hacia una ciencia ambiental más predictiva y conectada, donde la inteligencia artificial se convierte en aliada para proteger la biodiversidad que sostiene nuestros ecosistemas y sistemas alimentarios.
Referencias: Sociedad Química Americana