Investigadores de la Universidad del Sur de Florida han revelado nuevas pistas sobre cómo la evolución actúa en ambientes aislados. Al estudiar el veneno de serpientes de cascabel que habitan en islas deshabitadas del Golfo de California, descubrieron que estos animales han desarrollado compuestos químicos únicos, influenciados por la disponibilidad de presas y la competencia ecológica.
El estudio, publicado en la revista científica Evolution, encontró que en ecosistemas insulares menos diversos, las serpientes tienden a producir venenos más simples pero altamente concentrados. Esta adaptación rompe con la creencia de que una mayor biodiversidad conduce automáticamente a una mayor complejidad química en los venenos.
Mark Margres, profesor adjunto del Departamento de Biología Integrativa, y Samuel Hirst, estudiante de doctorado, pasaron semanas explorando 11 islas en condiciones extremas, recolectando muestras de veneno de 83 serpientes. Su trabajo ha sido respaldado por científicos de México y Estados Unidos, y financiado por la National Geographic Society.
“Esperábamos que las islas más grandes, al tener más especies, mostraran venenos más diversos. Pero hallamos lo contrario: cuanto más aislada y especializada es la serpiente, más refinado es su veneno para atacar presas específicas”, explicó Hirst. Esta tendencia refleja una evolución impulsada por la necesidad de eficiencia y adaptación a nichos reducidos.
En palabras de Margres: “Es como un rompecabezas ecológico. Cuando se fragmenta el hábitat, algunas piezas se pierden o cambian de lugar. Lo mismo sucede con las adaptaciones biológicas: las serpientes optimizan su biología para sobrevivir en escenarios más simples pero exigentes”.
Los investigadores también subrayan la utilidad del veneno como modelo para comprender la evolución molecular. “El veneno es un rasgo vital: influye en la caza, la defensa y la reproducción. Su estudio nos ayuda a descifrar cómo responden las especies al cambio ambiental”, dijo Margres.
Además de su valor académico, este hallazgo tiene implicaciones prácticas: están evaluando la eficacia de los antivenenos mexicanos actuales frente a estas toxinas insulares. Esto es clave para garantizar la seguridad de habitantes y visitantes en regiones remotas donde estas serpientes habitan.
La colaboración entre la Universidad del Sur de Florida, la SEMARNAT y la CONANP de México también destaca el papel fundamental de las alianzas internacionales en la conservación y el avance del conocimiento sobre biodiversidad en territorios ecológicamente significativos como Baja California.
Este trabajo no solo expande nuestra comprensión de la evolución en islas, sino que también abre la puerta a estudios futuros sobre cómo la fragmentación del hábitat afecta la genética y la funcionalidad de las especies. Una lección poderosa en un planeta donde el cambio ecológico es cada vez más veloz.