Publicado: 24 feb. 2025
La NASA reduce al 0,28% la probabilidad de impacto del asteroide 2024 YR4 en la Tierra
La NASA ha actualizado sus previsiones sobre el asteroide 2024 YR4, reduciendo su probabilidad de impacto en la Tierra al 0,28%. Descubierto en diciembre de 2024, este objeto ha sido monitoreado intensamente por agencias espaciales internacionales, y aunque generó cierta inquietud, los nuevos datos confirman que el riesgo de colisión es extremadamente bajo.
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Autor - Aldo Venuta Rodríguez

El asteroide 2024 YR4, identificado el 27 de diciembre de 2024 mediante el telescopio ATLAS en Río Hurtado, Chile, ha sido objeto de un exhaustivo monitoreo desde su descubrimiento. Con un diámetro estimado de 55 metros, este asteroide atrajo la atención internacional debido a su aproximación prevista para el 22 de diciembre de 2032. Sin embargo, tras nuevas observaciones realizadas durante la noche del 19 al 20 de febrero, la NASA ha reducido su probabilidad de impacto a un 0,28 %, lo que indica que el riesgo es mínimo.
Inicialmente, el Centro de Estudios de Objetos Cercanos a la Tierra (CNEOS) de la NASA estimó una probabilidad de impacto del 3,1 %, el valor más alto registrado para un objeto de este tamaño. Esta cifra generó inquietud, aunque los astrónomos explicaron que se trataba de una estimación preliminar, sujeta a cambios conforme se recopilaran nuevos datos. Tal como se preveía, las observaciones adicionales permitieron reducir la probabilidad al 1,5 % y finalmente al 0,28 %, lo que prácticamente descarta cualquier escenario de riesgo.
El monitoreo de asteroides cercanos a la Tierra es fundamental para las agencias espaciales. Estos objetos, aunque generalmente inofensivos, pueden representar riesgos locales en caso de impacto. Según la Agencia Espacial Europea (ESA), un asteroide de entre 40 y 90 metros —dimensiones estimadas para el 2024 YR4— impacta la Tierra cada varios miles de años, con el potencial de causar daños significativos a nivel regional. Sin embargo, las actuales proyecciones para este asteroide no sugieren peligro alguno para nuestro planeta.
El proceso de observación del 2024 YR4 enfrentó desafíos debido a las condiciones de visibilidad. Durante la semana previa a las últimas actualizaciones, la luna llena dificultó la detección del asteroide, ya que el brillo del cielo nocturno limitó la capacidad de los telescopios terrestres. Sin embargo, cuando el cielo se oscureció, los astrónomos lograron obtener mediciones más precisas, lo que contribuyó a reducir la incertidumbre sobre su trayectoria.
A pesar de la baja probabilidad de impacto con la Tierra, la NASA informó que el riesgo de colisión con la Luna ha aumentado levemente al 1 %. Aunque este valor sigue siendo bajo, los equipos de defensa planetaria continuarán observando el asteroide para detectar cualquier cambio en su trayectoria que pueda modificar las previsiones actuales. Este monitoreo se intensificará a medida que se acerque la fecha de su paso cercano en 2032.
Además, el asteroide 2024 YR4 tendrá un acercamiento adicional a la Tierra en diciembre de 2028. Esta nueva oportunidad permitirá realizar mediciones más detalladas y, si es necesario, ajustar los cálculos relacionados con su órbita. Desde la primavera de ese año, telescopios terrestres podrán observarlo nuevamente, lo que podría ofrecer información definitiva sobre su comportamiento orbital.
El seguimiento del asteroide 2024 YR4 también implicó un cambio en su clasificación en la Escala de Turín, un sistema que mide el riesgo de impacto en una escala del 0 al 10. Inicialmente, el asteroide fue clasificado en el nivel 3, lo que indicaba que merecía atención por parte de la comunidad astronómica. Sin embargo, tras las nuevas observaciones y el análisis actualizado de su trayectoria, la categoría se redujo a nivel 1, lo que significa que el impacto es “extremadamente improbable y no es motivo de preocupación pública”.
La NASA destacó la importancia de la recopilación continua de datos: “Cada noche adicional de observaciones mejora nuestra comprensión de dónde podría estar el asteroide el 22 de diciembre de 2032 y subraya la relevancia de recopilar suficientes datos para que nuestros expertos en defensa planetaria puedan evaluar el riesgo futuro para la Tierra”. Este enfoque garantiza que cualquier escenario potencial sea evaluado con precisión, proporcionando tranquilidad a nivel global.
Los precedentes también ofrecen motivos para la calma. En 2004, el asteroide Apophis generó preocupación al registrar una probabilidad de impacto del 2,7 %. Sin embargo, gracias al monitoreo continuo y la recopilación de datos, la probabilidad se redujo a cero, descartando cualquier riesgo. El caso del 2024 YR4 sigue un patrón similar, lo que refuerza la confianza en las capacidades de monitoreo y predicción de la comunidad científica internacional.
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