Una mandíbula fósil hallada en Taiwán revela la presencia de denisovanos en el sudeste asiático

Nuevo análisis de proteínas identifica al fósil humano más antiguo de Taiwán como denisovano masculino, ampliando la distribución geográfica conocida de esta especie extinta

Autor - Aldo Venuta Rodríguez

4 min lectura

Mandíbula fósil derecha de Penghu 1, atribuida a un individuo denisovano, con una morfología robusta.
Mandíbula fósil de Penghu 1 hallada en el canal de Penghu, Taiwán, atribuida a un denisovano masculino. (Créditos: Chun-Hsiang Chang, Jay Chang)

Un estudio internacional publicado el 10 de abril de 2025 ha confirmado por primera vez la presencia directa de denisovanos en el sudeste asiático, a partir del análisis molecular de una mandíbula fosilizada hallada en el lecho marino del canal de Penghu, Taiwán. El fósil, conocido como Penghu 1, fue descubierto entre 2008 y 2011 por pescadores y reportado científicamente en 2015. Desde entonces, ha sido objeto de intenso debate debido a su robusta morfología y a la imposibilidad inicial de extraer ADN antiguo. Sin embargo, una reciente investigación liderada por científicos de Japón, Taiwán y Dinamarca ha logrado secuenciar con éxito proteínas óseas y dentales que identifican a Penghu 1 como perteneciente a un denisovano masculino.

Este hallazgo representa el fósil de homínido más antiguo de Taiwán, fechado entre 19.000 y 10.000 años antes del presente, y proporciona la primera evidencia molecular directa de denisovanos en una latitud tan meridional. Hasta ahora, los restos fósiles confirmados de denisovanos se habían limitado a yacimientos en Siberia y la meseta tibetana, lo que dejaba grandes lagunas sobre su posible expansión geográfica. La identificación de Penghu 1 cambia este panorama radicalmente, al demostrar que los denisovanos no solo habitaron el norte de Asia, sino que también se extendieron hacia el sudeste asiático insular, donde probablemente interactuaron con otras especies humanas.

La clave del descubrimiento fue el uso de la proteómica antigua, una técnica emergente que permite secuenciar proteínas preservadas en fósiles muy antiguos, incluso cuando el ADN ya no es recuperable. Gracias a esta tecnología, el equipo investigador logró identificar péptidos específicos que corresponden al patrón proteico característico de los denisovanos, diferenciándolo tanto del Homo sapiens como de los neandertales. Además, los rasgos morfológicos de la mandíbula y los dientes de Penghu 1, que incluyen una estructura particularmente maciza, se alinean con las escasas descripciones anatómicas que existen de otros restos denisovanos, sugiriendo una tendencia a la robustez física en esta especie.

El estudio también tiene implicaciones importantes para la comprensión de los flujos genéticos entre especies humanas arcaicas. Investigaciones genómicas previas habían demostrado que las poblaciones actuales del sudeste asiático y Oceanía poseen un porcentaje considerable de ADN denisovano, lo que implicaba cruces entre denisovanos y Homo sapiens modernos. Sin embargo, la ausencia de fósiles claramente identificados como denisovanos en estas regiones había mantenido esta hipótesis en el terreno de la inferencia genética. La confirmación de Penghu 1 como denisovano llena este vacío y proporciona el primer vínculo físico entre los denisovanos y su herencia genética en poblaciones humanas modernas del sudeste asiático.

Publicidad

Además del impacto paleoantropológico, el hallazgo reafirma la importancia del canal de Penghu como un enclave clave para entender las migraciones humanas prehistóricas en Asia. Durante los periodos glaciares, cuando el nivel del mar era significativamente más bajo, esta región pudo haber servido como un corredor de tránsito entre Asia continental y las islas del Pacífico. El descubrimiento de un denisovano en este punto sugiere que estas rutas fueron utilizadas también por especies humanas arcaicas, mucho antes de la expansión del Homo sapiens moderno.

Este avance científico ha sido posible gracias a la colaboración entre la Universidad de Posgrado para Estudios Avanzados (SOKENDAI) de Japón, el Instituto Nacional de Ciencias Prehistóricas de Taiwán y la Universidad de Copenhague. La investigación, revisada por pares y ahora publicada, marca un hito en la aplicación de técnicas biomoleculares para desentrañar los enigmas de la evolución humana en Asia. A medida que las herramientas de análisis molecular continúan desarrollándose, es probable que nuevos hallazgos como este sigan transformando nuestra comprensión sobre el pasado remoto de nuestra especie.

Referencias: Una mandíbula denisovana masculina del Pleistoceno de Taiwán - Science

Publicidad

Preguntas frecuentes

¿Qué es Penghu 1 y dónde fue descubierto?

Penghu 1 es una mandíbula fósil humana hallada en el canal de Penghu, Taiwán, entre 2008 y 2011. Representa el fósil de homínido más antiguo de Taiwán.

¿Cómo se identificó como denisovano a Penghu 1?

Mediante el análisis de proteínas antiguas presentes en los huesos y dientes, que revelaron una secuencia compatible con los denisovanos, lo que permitió su identificación sin necesidad de ADN.

¿Cuál es la importancia de este hallazgo para la evolución humana?

El descubrimiento confirma que los denisovanos se expandieron más allá del norte de Asia y habitaron el sudeste asiático, donde probablemente se cruzaron con Homo sapiens.

¿Qué diferencia a los denisovanos de otras especies humanas como los neandertales?

Los denisovanos presentaban mandíbulas y dientes más robustos, y una estructura corporal distinta. Genéticamente, también eran diferentes de los neandertales y del Homo sapiens, aunque coexistieron con ambos.

Continúa informándote

Flujo de lava brillante saliendo del cráter del volcán Kīlauea en plena erupción
Ciencia

Detectan procesos subterráneos que podrían ayudar a predecir futuras erupciones del volcán Kīlauea

Un estudio detecta señales subterráneas previas a la erupción del Kīlauea que podrían ayudar a anticipar futuros eventos volcánicos mediante un monitoreo sísmico innovador

Muestras fósiles de antiguas algas marinas del territorio del Yukón, Canadá, de casi mil millones de años
Ciencia

Detectan rastros de vida de hace 3.300 millones de años en rocas antiguas con ayuda de la IA

Un nuevo análisis químico e IA identifica rastros de vida en rocas de 3.300 millones de años, ampliando el periodo en el que pueden detectarse biofirmas antiguas

Representación artística de Aglaophyton majus
Ciencia

Hallan en Escocia un hongo de más de 400 millones de años conservado en una planta fósil

Un fósil de Escocia revela un hongo simbiótico de 407 millones de años, conservado dentro de una planta primitiva. El hallazgo muestra cómo las primeras plantas ya dependían de hongos para sobrevivir

Muestra de mano de una esponja marina fosilizada utilizada en análisis paleontológicos
Ciencia

Millones de esponjas marinas antiguas explican la sorprendente riqueza de sílice en el complejo de Phosphoria

Los científicos confirman que miles de millones de esponjas marinas formaron enormes praderas hace 300 millones de años, generando el sílex que caracteriza al complejo de Phosphoria

Pierna bien conservada del mamut Yuka que permitió recuperar moléculas de ARN antiguas
Ciencia

Científicos secuencian el ARN más antiguo conocido a partir de un mamut lanudo

Los investigadores lograron secuenciar el ARN más antiguo conocido de un mamut lanudo conservado en el permafrost, revelando nuevos datos sobre su biología y estado celular

Reconstrucción ilustrada de Tainrakuasuchus bellator, un reptil acorazado precursor de los cocodrilos
Ciencia

Tainrakuasuchus bellator: el depredador acorazado que antecedió a los dinosaurios

Paleontólogos brasileños descubren a Tainrakuasuchus bellator, un reptil carnívoro acorazado que vivió hace 240 millones de años y revela la conexión entre Sudamérica y África antes de los dinosaurios