Durante millones de años, los océanos del Jurásico tardío y el Cretácico temprano estuvieron dominados por enormes y veloces depredadores marinos como los pliosaurios, los ictiosaurios y los cocodrilos talatosuquios. Sin embargo, en algún punto del Cretácico medio, estas especies desaparecieron abruptamente del registro fósil.
Una nueva investigación, presentada en la Asamblea General de la Unión Europea de Geociencias (EGU 2025), sugiere que la causa fue un evento climático extremo conocido como la transición Cenomaniano-Turoniense. Este intervalo, ocurrido hace aproximadamente 94 millones de años, marcó uno de los periodos más cálidos de los últimos 541 millones de años.

Este evento se caracterizó por niveles excepcionalmente altos de dióxido de carbono en la atmósfera, acompañados de alteraciones en nutrientes marinos clave como el azufre y el hierro. Estas condiciones provocaron episodios de anoxia oceánica, es decir, la pérdida de oxígeno en grandes zonas del océano, un fenómeno letal para muchas especies marinas.
El equipo liderado por el Dr. Valentin Fischer, de la Universidad de Lieja, recopiló datos filogenéticos de cientos de linajes de reptiles marinos para trazar cómo se distribuyeron las extinciones. Luego, utilizaron una base de datos sin precedentes con modelos 2D y 3D de cráneos para analizar los cambios en la capacidad depredadora tras la extinción.
Sus resultados muestran que la transición afectó de forma desproporcionada a depredadores grandes y veloces, como los ictiosaurios. Uno de los hallazgos más llamativos fue la transformación de la morfología craneal, lo que sugiere una modificación significativa en la fuerza de mordida y, por tanto, en el papel ecológico de estos animales.

Tras la desaparición de estos superdepredadores, surgieron nuevos actores dominantes como los mosasaurios y ciertos tiburones, que prosperaron en las nuevas condiciones ecológicas del Cretácico superior. Este reordenamiento de las redes tróficas marinas contribuyó a configurar un ecosistema oceánico radicalmente diferente.
El Dr. Fischer y su equipo presentaron sus conclusiones el 1 de mayo durante la sesión sobre extinciones masivas en la historia de la Tierra de la EGU 2025. Su estudio destaca cómo el cambio climático puede reconfigurar ecosistemas enteros y provocar extinciones selectivas a gran escala.
Referencias: EGU25-3100, Unión Europea de Geociencias, 2025