Publicado: 10 abr. 2025
Descubren una alarmante acumulación de basura en el punto más profundo del mar Mediterráneo
Investigadores hallan una de las mayores concentraciones de residuos plásticos jamás registradas en el fondo del Mediterráneo, a más de 5.100 metros de profundidad.
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Autor - Aldo Venuta Rodríguez

Un equipo internacional de científicos ha revelado que el Abismo de Calipso (Calypso Deep), el punto más profundo del mar Mediterráneo, es también uno de los lugares más contaminados del planeta en términos de densidad de basura marina. La expedición, cuyos resultados se publicaron en abril de 2025 en la revista científica Marine Pollution Bulletin, documenta la presencia de una concentración extrema de residuos, especialmente plásticos, en un entorno a más de 5.100 metros de profundidad.
La investigación fue liderada por Georg Hanke (Centro Común de Investigación de la Comisión Europea) y Miquel Canals (Universidad de Barcelona), y contó con la participación del explorador Victor Vescovo, quien descendió en persona al fondo de la fosa helénica con el submarino tripulado Limiting Factor, acompañado por el príncipe Alberto II de Mónaco. La inmersión tuvo lugar en febrero de 2020, y supuso una de las exploraciones más profundas jamás realizadas en el Mediterráneo.
Durante la travesía, el equipo científico capturó vídeos en alta resolución y generó modelos tridimensionales del fondo marino utilizando técnicas de fotogrametría. Esta combinación tecnológica permitió calcular una densidad de hasta 26.715 objetos de basura por kilómetro cuadrado, con un predominio abrumador de residuos plásticos: el 88 % del total identificado.
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El Calypso Deep se encuentra a unos 60 kilómetros al oeste del Peloponeso, en la llamada fosa helénica, y alcanza los 5.122 metros de profundidad. Su morfología, en forma de embudo cerrado, sumada a sus corrientes lentas y su aislamiento geográfico, lo convierte en un sumidero natural de residuos marinos. Estas condiciones facilitan que los desechos arrastrados por las corrientes desde la superficie y las costas terminen depositándose en su interior.
Los investigadores destacan que muchos de los residuos encontrados tienen origen humano tanto terrestre como marítimo: bolsas plásticas, latas, botellas, envoltorios y restos de pesca. Incluso hallaron patrones de acumulación que sugieren vertidos directos desde embarcaciones, como una hilera de basura alineada que podría provenir de una bolsa arrojada al mar.
Además de las cifras alarmantes, el estudio resalta la paradoja ecológica del lugar. A pesar de su profundidad y lejanía, el fondo marino del Calypso Deep presenta signos mínimos de vida. Las únicas especies observadas fueron un pez abisal (Coryphaenoides mediterraneus) y un camarón (Acanthephyra eximia). Esta escasez biológica hace aún más evidente el impacto silencioso de la contaminación humana en hábitats extremos.
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El análisis de los sedimentos y la escasa actividad microbiana refuerzan la idea de que los ecosistemas abisales del Mediterráneo oriental están profundamente empobrecidos y vulnerables. La basura no solo altera la composición del lecho marino, sino que modifica su morfología, acumulando sedimentos, generando erosión y cambiando las microestructuras que podrían albergar vida.
Este hallazgo coincide con estudios previos que muestran que el Mediterráneo es uno de los mares con mayor densidad de basura flotante del planeta, comparable a las zonas de acumulación de los grandes giros oceánicos. A diferencia de ellos, sin embargo, el Mediterráneo es una cuenca semi-cerrada con alta densidad de población costera, tráfico marítimo intenso y escasa renovación hídrica, lo que agrava el problema.
Los autores del estudio señalan que la basura puede mantenerse en circulación durante años antes de hundirse, debido a procesos como la bioincrustación o el lastre por sedimentos. Una vez en el fondo, permanece intacta durante décadas o siglos. Esto transforma a lugares como el Calypso Deep en auténticas cápsulas del tiempo de la contaminación contemporánea.
A nivel político, los resultados ofrecen argumentos contundentes para fortalecer las iniciativas globales contra la contaminación plástica. El estudio apoya la implementación urgente del Tratado Global sobre la Contaminación por Plásticos promovido por Naciones Unidas y resalta la importancia de incluir a las aguas profundas en los planes de monitoreo y conservación marina.
En palabras de Miquel Canals: “No sería desacertado decir que no queda un palmo limpio en el Mediterráneo. Incluso en sus abismos más inaccesibles, encontramos la huella de nuestra civilización”. Esta afirmación sintetiza el mensaje principal del estudio: no hay refugio en el océano para escapar del impacto humano.
Los autores concluyen que, ante la imposibilidad técnica y económica de limpiar el fondo oceánico, la única opción viable es prevenir la generación de basura desde su origen. Reducir el consumo de plásticos, reforzar las políticas de gestión de residuos y cambiar hábitos de consumo son pasos ineludibles para preservar los ecosistemas marinos del futuro.
Referencia: Hanke, G., Canals, M., Vescovo, V. et al. (2025). Marine litter in the deepest site of the Mediterranean Sea. Marine Pollution Bulletin. DOI: 10.1016/j.marpolbul.2025.117610.
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